CRITICA – ‘Mamá’: Apártate de ella, puerca

Cuenta la escalofriante historia de dos niñas que desaparecieron en el bosque. Hace cinco años, las hermanas Victoria y Lilly desaparecieron de la urbanización donde vivían sin dejar rastro. Su tío Lucas (Nikolaj Coster-Waldau) y su novia Annabel (Jessica Chastain) las han buscado sin cesar desde entonces, hasta que por fin las encuentran en una cabaña medio derruida en el bosque. Annabel intenta ofrecer una vida normal a sus sobrinas, pero poco a poco se convence de que hay una presencia malévola en la casa. ¿Sufren las hermanas de estrés traumático? ¿Cómo pudieron sobrevivir totalmente solas durante cinco años? Mientras intenta contestar a estas inquietantes preguntas, acabará descubriendo que los susurros que se oyen a la hora de dormir proceden de los labios de una presencia letal.

Director: Andres Muschietti
Reparto: Jessica Chastain (Annabel), Nikolaj Coster-Waldau (Lucas), Megan Charpentier (Victoria), Isabelle Nélisse (Lilly), Javier Botet, Julia Chantrey, Morgan McGarry, Jayden Greig, Sydney Cross, Pamela Farrauto, Cadence Schuster, Tyler Curnew.

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Parafraseando a Sigourney Weaver en Aliens, el regreso, con el grito de furia que le dedicó la Teniente Ripley a Madre, nos encontramos aquí ante una historia sobre las complejas relaciones que se establecen entre madres e hijas. El debut de Andrés Muschietti en la dirección viene a raíz de un cortometraje del año 2007, realmente escalofriante y que apuntaba maneras por saber usar perfectamente sus elementos durante unos escasos 3 minutos en los que conseguía ponernos los pelos de punta. Cinco años después, el director argentino escribe este guion junto a su hermana Bárbara Muschietti y bajo la batuta de la producción de un experto en cuentos de terror como es Guillermo del Toro.

Y no es la primera vez que el mexicano apadrina cintas del estilo ni a directores noveles, en 2010 también produjo otra de temática parecida, la maternidad impuesta y los intrincados vínculos materno-filiales en la cinta protagonizada por Katie Holmes y Guy Pearce No tengas miedo a la oscuridad, con la que la de Muschietti guarda alguna similitud. En Mamá, hay una ambientación de cinta de género que, sin ser muy original, está bastante conseguida y, sobre todo, durante sus primeros minutos consigue establecer bien sus coordenadas. La historia funciona en su primera parte hasta que, digamos, se vuelve completamente convencional en sus recursos y su guion usa trucos (algunos detalles como que el coche sea encontrado 5 años después, el personaje de tía Joan o el tema de la casa están un poco cogidos con pinzas, dicho sea de paso) miles de veces vistos que, por desgracia, ya nos sabemos de memoria y no logran mantener el nivel de la primera parte hasta el final. Este tramo es también el más tenso e interesante, con algún plano bastante inquietante y un atractivo punto de vista sobre las reacciones de las dos niñas ante su vuelta a la normalidad, su relación con Annabel y con la presencia fantasmal.
El reparto está encabezado por una morena, rockera y con, al parecer, un fondo de armario de camisetas sin fin Jessica Chastain, donde la actriz del momento cambia completamente de registro y se pone aquí en la piel de una joven independiente y despreocupada que, de la noche a la mañana se tiene que hacer cargo de dos crías medio salvajes, en un papel de madre que no deseaba ni de lejos. En un plano más secundario tenemos a Nikolaj Coster-Waldau, el Jaime Lannister de Juego de Tronos, como el tío de las criaturas, que lleva 5 años buscándolas desde que desaparecieran junto a su padre en el bosque. Su personaje no aporta mucho realmente a la trama y simplemente es el nexo de unión entre Annabel y las dos hermanas.

Porque la historia se centra del todo en la transformación que la joven sufre desde que las niñas se quedan a su cargo y la relación con y entre ellas. La evolución que sufren las tres es lo que realmente mantiene el barco a flote, más allá de otro tipo de menesteres de manual para causarle miedo al espectador. Cada uno tendrá sus propios niveles de tolerancia con respecto al cine de terror, pero esta cinta es capaz de asustar en unas dos ocasiones. Y debemos quedarnos, por lo tanto, con los tres personajes principales y obviar un poco el resto, porque a decir verdad, el papel del psiquiatra, interpretado por Daniel Kash, tampoco podría estar más manido ni ser su arco argumental más previsible.
Uno de los aciertos con los que cuenta la película es el de no mostrarnos a Mamá en ningún momento sino insinuárnosla, ya que estas son las escenas verdaderamente espeluznantes, porque cuando revela sus cartas el asunto pierde bastante gracia. Los momentos oníricos de Annabel también son un punto a su favor y alguna que otra escena en la que realmente se consigue buena tensión, pero en general se queda en una cinta de terror bastante al uso, sin grandes novedades, más que algunos detalles y el disfrutar de unas buenas interpretaciones por parte de Jessica Chastain, Isabelle Nélisse y Megan Charpentier, que interpretan a las dos niñas fantásticamente. El resto, es una sucesión de recursos fantásticos donde nos encontramos mariposas, los típicos sustos y un fantasma a ratos risible (sobre todo llegando al final) que sale de armarios, paredes y suelos.
Mamá es un cuento de terror que funciona bien estableciendo sus bases, con un comienzo que promete y capaz de enganchar, con una historia en su trasfondo bastante tremenda e interesante. Pero se va deshinchando poco a poco para convertirse, simplemente, en una cinta entretenida con algún que otro elemento destacable. Y, por tanto, esto es lo que nos debemos esperar de ella, una hora y media de distracción de la mano de unas niñas inquietantes, una presencia que reclama lo suyo y una conmovedora historia de fondo, que funciona como metáfora de las complicadas relaciones que unen a madres e hijas.