Estreno en España: 10 de Febrero de 2012.

Ambientada en la Inglaterra rural y Europa durante la Primera Guerra Mundial, comienza con el relato de la extraordinaria amistad entre un caballo llamado Joey y un joven muchacho, Albert, encargado de domesticarlo y entrenarlo. Cuando ambos son apartados a la fuerza, la película sigue el viaje del animal a través de territorios en guerra, que irá modificando e inspirando la vida de todas los personajes que conoce a su paso -la caballería británica, los soldados alemanes y hasta un granjero francés y su nieta- antes de que la historia alcance su emotivo clímax, en el corazón de una tierra de nadie.

Director: Steven Spielberg
Reparto: David Thewlis, Emily Watson, Toby Kebbell, David Kross, Peter Mullan, Jeremy Irvine, Niels Arestrup, Eddie Marsan, Benedict Cumberbatch, Tom Hiddleston.

Web Oficial en español: www.warhorse.es
Web Oficial: www.warhorsemovie.com

CRITICA

Frío cuento sin alma

La impresionante puesta en escena del último film de Steven Spielberg es incuestionable. War horse (Caballo de Batalla) tiene un componente visual y narrativo acorde con la épica de la historia que quiere contar, así como una extraordinaria fotografía y adecuada banda sonora obra de la batuta de John Williams. Sin embargo, aquí el maestro acostumbrado a deslumbrar a su público con historias que se han quedado grabadas en la memoria colectiva, no acierta, y este cuento de amistad sin fronteras que intenta resistir contra viento y marea no emociona, dejando una sensación de frialdad en el espectador.

Sin desmerecer el trabajo técnico, la película se deja llevar por derroteros demasiado suaves y el peregrinaje del animal, aunque duro, acaba acaparando demasiados escenarios e historias que dejan una sensación de inconexión y que en muchas ocasiones no llegan a importarnos demasiado. Los toques de humor, que intentan rebajar el tono dramático, funcionan a medias, puesto que la tragedia no nos encoge el corazón y así, el humor tampoco llega a encajar del todo y acaba por no pegarle al agotador viaje que caballo y joven emprenden en sus respectivas vidas.
Y es que el principal problema de la película, y quizás el único pero es uno bastante importante, es la falta de emoción que tiene el total del conjunto, que lo tenía todo para convertirse en el inolvidable relato que debería haber sido. Está inundada de estampas preciosas y el final contiene una belleza inconmensurable, sin embargo una historia poco interesante, que no engancha, no puede competir con tales imágenes, es un cuento demasiado bueno, demasiado inocente (quizás por el material de partida en el que se basa, un libro infantil obra de Michael Morpurgo que también ha pasado con éxito por los escenarios de Londres), lo que hace que la guerra no haya sido retratada con veracidad, sino centrada mucho más en los sentimientos de algunos de los soldados, donde no hay lugar para el caos bélico sino sólo un agradable retrato de la Primera Guerra Mundial, que sin duda fue un episodio más desgraciado de lo que se muestra aquí.
Durante algún tramo la película puede hacerse algo larga y en algunos momentos acaba siendo una gran sucesión de impresionantes imágenes con un trasfondo algo frágil en su contenido. Intenta ser épico, pero es aburrido; quiere ser profunda, pero no llega; esta vez Spielberg no ha logrado su objetivo y recordando otras obras de un director que, sin duda, sabe cómo contar una historia, como E.T., La lista de Schindler, Tiburón o Indiana Jones, nos damos cuenta que nos han dejado imágenes para la historia, personajes queridos y eternos y finales emocionantes, y, en comparación, la última propuesta del maestro Spielberg queda muy por debajo de sus predecesoras.

Las lágrimas no acuden a nosotros cuando deberían (y eso que está hecha para ello) y War Horse (Caballo de batalla) termina siendo un film con un envoltorio precioso pero de corazón gélido, sin garra ni fuerza para atrapar. Las interpretaciones son uno de los puntos a favor con los que cuenta y tanto Peter Mullan como Emily Watson están notables, así como el debutante Jeremy Irvine que en todo momento hace creíble su feeling y amor hacia el equino amigo. Otros a destacar son los papeles secundarios de David Kross que interpreta a un joven soldado o el del abuelo encarnado por Niels Arestrup que protagoniza un bonito momento al final.
Aunque Spielberg demostró que sabía cómo rodar una guerra en Salvar al soldado Ryan, parece haberse querido alejar de aquel estilo y únicamente un par de escenas resultan cruentas y logran mostrar el desamparo producido por el combate. Por otro lado, la humanidad de los soldados está mucho mejor reflejada (el instante en tierra de nadie), mientras el resto de momentos parecen más bien insignificantes y cuesta verse metido dentro de la contienda y sufrir por los protagonistas. Incluso resulta algo molesto la falta de realismo de alguna escena, en particular aquella en la que los ingleses atacan el campamento alemán y nos hace llegar a la conclusión de que el terrible episodio que supuso la Primera Guerra Mundial podría haber sido mucho mejor retratado.
War Horse (Caballo de batalla) es una cinta en la que sus preciosas piezas no encajan y que no es capaz de capturar el espíritu de una época ni hacer que los sentimientos que pretende provocarnos afloren en nosotros de verdad y que, a pesar de contar con todos los elementos para lograr una película que podría haber pasado a los anales de la historia del cine, se disfruta a ratos pero finalmente se queda atrapada en tierra de nadie.

Lo mejor: Visualmente es perfecta
Lo peor: No emociona.
Nota: 6

Crítica escrita por: Bea Varela

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