Estreno en España: 15 de Marzo de 2013.

Cuatro atractivas estudiantes (Ashley Benson, Vanessa Hudgens, Rachel Korine y Selena Gomez) planean reunir dinero para el viaje de vacaciones de primavera atracando un puesto de comida rápida. Pero eso es solo el principio. Durante una noche de fiesta, las chicas son arrestadas con cargos por drogas. Con resaca y vestidas solo con sus bikinis, comparecen ante un juez, pero son liberadas inesperadamente por Alien (James Franco), un infame matón local que las toma bajo su ala y las lleva a la vacaciones de primavera más salvaje de la historia. Duro por fuera, pero con un lado amable, Alien se gana el corazón de las chicas, y las llevará en un viaje que nunca olvidarán.

Director: Harmony Korine
Reparto: James Franco(Alien), Selena Gomez (Faith), Vanessa Hudgens (Candy), Ashley Benson (Brit), Rachel Korine (Cotty), Heather Morris (Bess), Ashley Lendzion (Forest), Cait Taylor (Tiffany), Lauren Vera (Spring Breaker), Emma Holzer (Heather), Gucci Mane (Archie), Josh Randall (Jock).

Web Oficial en español: www.springbreakers.es
Web Oficial: www.springbreakersthemovie.com

CRITICA

Caricatura de una juventud teñida de rosa

Harmony Korine saltó a la fama (y a la polémica) a mediados de los años 90, cuando se juntó con el cineasta Larry Clark y entre los dos formaron un tándem que dio como resultado la punzante y desoladora Kids (resultaba alarmante la falta de moral de los adolescentes protagonistas de esta cinta). El joven guionista (por aquella época contaba con tan solo 22 años) compuso un retrato generacional durísimo, aclamado por unos y odiado por otros, en el que las drogas, la violencia, las familias desestructuradas, la falta de incentivos y sobre todo tener sexo a cualquier precio y el sida, eran los grandes protagonistas, abriéndonos una ventana a una realidad estremecedora y dejando al espectador con una capa de desconcierto, dolor y pesimismo al acabar la película. Si resultaba un retrato objetivo o no puede ser motivo de discusión, pero no cabe duda de que la intención aquí no era otra que dejar al descubierto un mundo completamente deformado. Su gusto por la provocación, tildada de gratuita y pretenciosa en ocasiones, es totalmente intencionado y autoconsciente y Korine cocina la receta de forma bruta e incómoda. Estampas servidas sin anestesia, por tanto, de una sociedad que ha dejado a sus jóvenes abandonados delante de la televisión o trapicheando en las esquinas mugrientas de las ciudades, para luego llevarse las manos a la cabeza cuando los resultados salen a la luz.

Aunque Spring Breakers tenga un tono mucho más festivo, colorista y alocado, es tan descarada y su trasfondo tan igualmente desmoralizador como las primeras películas de Korine como guionista. Porque sigue hablando de aquella generación MTV, pero todos somos conscientes de cómo ha ido degenerando el asunto. Los años también han pasado para el director y se nota en su puesta en escena y en su guion, pues a pesar de seguir tratando los mismos temas de hace unos años, el trabajo aquí es mucho más sutil, nada que ver con Kids o Ken Park. Spring Breakers es como un videoclip de hora y media, cautivadora, divertida, estremecedora, loca, fácil perderse en su desorden, dejarse llevar y tomar la misma actitud que sus protagonistas. El retrato de unas vidas en las que no existe la moral ni la preocupación, solo vivir el momento, sin pensar, sin arrepentirse, cualquier atisbo de poner los pies en la tierra queda prohibido (y ahí está para demostrarlo el personaje de Selena Gómez). Y así, se va tejiendo, nuevamente, la historia del fracasado (o mal llamado) sueño americano, dejando al descubierto tristes realidades camufladas bajo un envoltorio bonito.

La cinta va a desorientar al espectador que no vaya preparado, al que le resultará probablemente absurda. Pero hay que bucear en ella, ser capaz de pasar por encima de bikinis, fiestas, playas de postal, diálogos sin importancia y canciones de Britney Spears para captar su mensaje y descubrir a James Franco como el representante de lo que ha dejado como resultado el culto al materialismo en Estados Unidos (extensible a cualquier otro país occidental) en estos últimos años: puro esperpento, desde Big Brother a Jersey Shore (por poner un ejemplo) convertidos en fábrica de ídolos de masas actuales, que no ofrecen más que chabacanería y la idea de que participar en un reality show es lo mejor que te podría pasar en la vida. Y el aburrimiento, el de una juventud que lo tiene todo y que ya no es capaz de saber cuáles son sus prioridades. Las cuatro estudiantes que acompañan a Franco, Rachel Korine, Ahsley Benson, Selena Gómez y Vanessa Hudgens están maravillosas como esas princesas a las que les pone todo lo que conlleve peligro y suponga un cambio en sus vidas de pueblo, deseosas de escapar de una realidad de la que son conscientes, del futuro que creen que les espera al volver de este oasis de libertad. Las cuatro hacen un trabajo fantástico pero bien es cierto, que la verdadera baza de la película es ese James Franco con look gangsta, un personaje tan ridículo como peligroso y con el que el actor nos regala una actuación absolutamente maravillosa.
Además de esto, visualmente la cinta es un escándalo. No solo cuenta con una fotografía espléndida (a cargo de Benoît Debie, responsable de otro viaje alucinógeno: Enter the Void) y una banda sonora para enmarcar (compuesta a dos manos por Cliff Martínez y Skrillex), sino que tiene algunas escenas de dejarte clavado en el asiento, ya desde esa declaración de intenciones que supone su montaje inicial, donde vemos a un montón de universitarios beber y bailar en la playa, la de la cama en casa del personaje de Franco o el plano secuencia en el restaurante. Y luego, juega con su propio material, para que no nos quepa duda de lo autoconsciente de sí misma que es y nos pone delante una escena al piano a ritmo de la princesa del pop que es oro puro.
Harmony Korine nos ofrece una fiesta loca en su última cinta, tremendamente seductora, que se disfruta como si nos hubiéramos tomado algún tipo de estupefaciente y que caricaturiza a una generación entera. Y de paso, nos cuenta que estas playas de Florida y estos colores vivos no son otra cosa más que el escondite de la desolación más absoluta y la falta de valores que vivimos a día de hoy. Y que mucho más fácil que tomar cualquier otra actitud, es perderse entre horizontes azules y arenas doradas en un perpetuo estado de embriaguez.

Lo mejor: Que sea capaz de contar algo desde su consciente superficialidad .
Lo peor: A muchos les parecerá una auténtica idiotez.

Nota: 7

Crítica escrita por: Bea Varela

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