Estreno en España: 5 de Abril de 2013.

Remake de ‘Posesión infernal’ (1981) de Sam Raimi.
Cinco veinteañeros se refugian en una remota cabaña donde descubren “El libro de los muertos” y sin ser conscientes de ello despiertan a los demonios que habitan en los bosques cercanos. Sucesivamente todos los jóvenes son poseídos menos uno, quien tiene que enfrentarse al mal y luchar por su vida.

Director: Fede Alvarez
Reparto: Shiloh Fernandez (David), Jane Levy (Mia), Jessica Lucas (Olivia), Lou Taylor Pucci (Eric), Elizabeth Blackmore (Natalie).

Web Oficial en español: www.posesioninfernal.com
Web Oficial: www.evildead-movie.com

CRITICA

Sangrienta vuelta a los infiernos

En el año 1981, un veinteañero Sam Raimi escribió y dirigió la fantástica Posesión infernal y dando buen uso de un presupuesto muy austero (se nota, pero 30 años después su cinta sigue siendo efectiva) convirtió su obra en toda una referencia del cine de género, a la que siguieron dos secuelas: Terroríficamente muertos y El ejército de las tinieblas. En medio de un cine de terror más de autor, donde podríamos encajar, entre otras, algunas de las obras de Roman Polanski o películas como El exorcista y la tendencia hacia el slasher que empezó a despuntar a finales de los 70, el director encontró su sitio en los transgresores 80, década ideal para dar rienda suelta a la imaginación, para usar los botes de tomate y los efectos cutres y desatar con ellos todas las pasiones de los amantes de la serie B.

Puede que los años no hayan pasado en balde para la cinta de Raimi (más que nada por el maquillaje, que vuelta a ver tampoco se conserva tan mal, todo hay que decirlo) pero fue una película que intentaba romper con lo anterior, que nos aterrorizó hasta la médula en su día y que consiguió una perfecta combinación entre dirección, música, gore y una atmósfera sobrecogedora. Y es que la magia de la película también era fruto en buena parte del trabajo de cámara de Sam Raimi, unos ya inconfundibles planos que conseguían con muy poca cosa, recrear una cabaña/bosque con vida propia espeluznantes y asustar a los jóvenes de aquella época. Llegados a 2013, al fin uno de estos remakes que tanto abundan últimamente revive y rinde homenaje a su original de forma más que decente. Estamos ante una cinta de terror que sabe cuál es su fuente y se preocupa de no escatimar en litros y litros de sangre, un sinfín de escenas desagradables y con una duración muy apreciable de 90 minutos que no deja espacio al aburrimiento.
La cinta va a lo que va y ofrece un festival de sangre y gore para los amantes de este tipo de cine que está a la altura, dando lo que prometía en un género en el que las nuevas versiones de los clásicos lo tienen muy complicado para llegar al nivel de sus referentes. Bien dirigida y correctamente interpretada, no se le puede pedir mucho más. El reparto está formado por caras prácticamente desconocidas, con poca experiencia en cine y más tablas en la tele estadounidense. Es el caso de Jane Levy (salida de la serie Suburgatory), que da vida a Mia o Jessica Lucas, la más conocida del grupo, habitual como secundaria en varias series y a la que a muchos os sonará por Monstruoso. El guion (escrito a cuatro bandas por Diablo Cody, Sam Raimi, Rodo Sayagués y el propio Fede Álvarez) intenta dar a los protagonistas algo de peso, en concreto a la historia de Mia, que motiva el viaje de estos amigos y en la que se concentra la mayor parte del metraje (asuntos familiares sin resolver, problemas con las drogas e intentos de rehabilitación), lo que nos ayuda a conectar algo con unos personajes a los que no les auguramos un buen destino. Ya metidos en faena y siguiendo un olor sospechoso, los cinco jóvenes encuentran en el sótano de la cabaña El libro de los Muertos lo que, como siempre y para su desgracia, despertará la curiosidad de uno de ellos. A partir de este momento el festín en el bosque da comienzo, desatando sus peores pesadillas y a todos los demonios que estaban dormidos y convirtiendo el resto de la cinta en una locura sangrienta, en un no parar de extremidades y apéndices del cuerpo mutilados y escenas bestiales, donde los efectos de sonido tienen un papel importante y notorio.

Una hora de puro espectáculo de sangre y desmembramientos por doquier hasta llegar a un final bastante apoteósico. Y, desde luego, no se le puede negar a Fede Álvarez su intención de realizar un sentido y respetuoso homenaje a la original (con detalles que nos la recuerdan aquí y allá), algún plano muy Raimi u otros recordando momentos memorables en el bosque con las ramas de los árboles como protagonistas. Pero el triunfo de la película, más que por lo anterior, que también, viene dado porque funciona sola, porque como película de terror demoníaca en la que abundan los cuerpos despedazados, es buena, porque Fede Álvarez sabe lo que hace y lo que quiere, imprimiendo durante hora y media un ritmo endiablado a escenas horripilantes una tras otra. Por lo tanto, podemos decir que el director ha acertado en los varios frentes abiertos que tenía al lanzarse con un remake tan arriesgado. La película es frenética, violenta y sangrienta a más no poder (y sin exagerar) aunque bien es verdad que entre sus fallos podemos destacar que no produce el desasosiego que debería dar estar en esa cabaña sin salida posible. En la original, la primera aparición de uno de los demonios (en la escena de las cartas) era aterradora y sensaciones como estas es algo que aquí se echa de menos.
Posesión infernal: Evil dead llega en este siglo para deleitar a nuevas y sedientas de sangre generaciones y lo hace bien, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte de cintas de género que llegan a las carteleras no suelen cumplir nuestras expectativas. Se mantiene fiel a la original y al mismo tiempo consigue tener personalidad propia. La sangre salta a borbotones, el gore hace acto de presencia en cada escena, los demonios nos persiguen por un bosque infernal mientras todo se desmadra y para qué engañarnos, disfrutamos del viaje como enanos.

Lo mejor: Lo bruta que es.
Lo peor: Le falta un toque para aterrorizar de verdad.

Nota: 7,5

Crítica escrita por: Bea Varela

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