Estreno en España: 4 de Abril de 2012.

Para el Grupo 7 no existe la delgada línea que separa los recursos poco éticos de los abiertamente ilegales. Su modus operandi: violencia, coacciones, lealtades, mentiras, y medias verdades… todo vale.
Grupo 7 lo componen: Ángel (Mario Casas), un joven aspirante a inspector, inteligente y compasivo, Rafael (Antonio de la Torre) un policía expeditivo, contundente y arrogante, y Miguel (José Manuel Poga) y Mateo (Joaquín Nuñez), los socarrones del Grupo, capaces de las mayores brutalidades, pero también de inesperadas muestras de ternura. Entre Ángel y Rafael surgirá una extraña comprensión y terminarán pareciéndose el uno al otro más de lo que hubieran imaginado nunca. Ángel transita, cada vez con más soltura, por el camino de la ambición y de los excesos policiales, mientras que algo en el interior de Rafael se transforma gracias al amor inesperado de la bella y enigmática Lucía.
El juego de traiciones, lealtades y sentimientos se complicará a medida que el Grupo 7 acumula éxitos y condecoraciones.

Director: Alberto Rodríguez
Reparto: Mario Casas (Ángel), Antonio de la Torre (Rafael), José Manuel Poga (Miguel), Joaquín Núñez (Mateo), Inma Cuesta (Elena), Diana Lázaro (Marisa Morales).

CRITICA

Más allá de la legalidad

Durante el año 1992, España experimentó un momento crucial tanto económico como social y cultural que la situó en el punto de mira de la prensa y el público internacional gracias a dos acontecimientos: las Olimpiadas de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Escenarios que, como país que intentaba emerger y modernizarse, vivimos con ilusión y, sobre todo, con la esperanza de que fuera algo beneficioso para el país. En la última cinta de Alberto Rodríguez la construcción y posterior inauguración de la Expo de Sevilla sirve como telón de fondo para narrar uno de los grandes problemas que padeció España durante los años 80 y 90, que veía a parte de una generación morir víctima del consumo de heroína.

No es oro todo lo que reluce durante estos años, por tanto, y mientras los titulares se enorgullecen de ir mostrando lo importante que será para el país este acontecimiento universal, la droga germina en las aceras de la ciudad y pudre las vidas de unos personajes de los que hay que barrer toda huella, pues las calles han de estar limpias antes de que lleguen los grandes festejos y el mundo entero ponga los ojos en nosotros. Esta es la premisa de la película, que arranca en el año 1988, presentando a una unidad de policías especializada, el llamado Grupo 7, que serán los encargados de acabar con la droga, la corrupción y los trapicheos en el centro de la ciudad y limpiar Sevilla de yonkis y maleantes para lo que, en muchas ocasiones, utilizarán métodos bastante cuestionables y no se lo pensarán dos veces antes de cruzar límites legales o morales. La película se convierte así, en un thriller policíaco con un ritmo y acción apabullantes, que deja sin respiración en alguna ocasión, no se corta en mostrar a una sociedad que se consume poco a poco y que acierta de lleno en su retrato de personajes, en primer lugar a través de sus dos protagonistas, interpretados por un fantástico Antonio de la Torre, policía de gesto parco y pocas palabras, pero con un pasado que se adivina en los detalles, sin necesidad de ponerle imágenes o una historia concreta para saber de donde vienen sus cicatrices y capaz de emocionar al espectador cuando en su mirada se refleja el dolor por lo vivido; su compañero es un Mario Casas que le pone la nota joven al cuarteto protagonista y que es el contrapunto a De la Torre, un chaval que también ha vivido lo suyo, con mucho dentro y quien, a medida que va acumulando experiencias en la callemás se va quemando mientras se ve envuelto, junto al resto de miembros de esta unidad, en una cúspide de violencia, marginalidad y descenso a los infiernos tanto personal como familiar. Sin duda,la evolución de los personajes de De la Torre y Casas es uno de los puntos más interesantes del film.

Alberto Rodríguez rueda con nervio, lo que queda reflejado en su brutal comienzo y si su poderoso ritmo y el retrato de personajes es una de sus mayores bazas, el de la sociedad española de los años 80 no se queda atrás ni mucho menos. La ambientación es perfecta, los coches, la ropa, todo está como era a finales de esta década, una sociedad abandonada a su suerte, un retrato duro y realista de un periodo de nuestra historia en la que hombres y mujeres vagaban como fantasmas por calles y pisos llenos de suciedad y muerte en vida.
Grupo 7 es una película de género policíaco que da gusto ver, por su esfuerzo en ambientar sin perder detalle y retratar una época no tan lejana en la que mientras los fastos nos cegaban la vista y la conciencia, una parte de nuestra sociedad se consumía sin remedio dejando un rastro de muerte y enfermedad que todavía hoy día sigue muy vivo en nuestra memoria colectiva.

Lo mejor: Reparto y ambientación.
Lo peor: Una sensación de desconexión en la trama en algunos momentos.

Nota: 7

Crítica escrita por: Bea Varela

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