Estreno en España: 16 de Septiembre de 2011.

Historia de tres hermanos durante los años 50 y en cómo el mayor de ellos vive la pérdida de la inocencia. Vemos la evolución de un niño, Jack, de 11 años, del Medio Oeste. Al principio todo es maravilloso a sus ojos, pero obtiene de sus padres dos imágenes muy distintas del mundo: mientras su madre representa los caminos del amor y la compasión, su padre intenta enseñarle lo duro de la vida, a sobrevivir y a superarse. Ambos lucharán por su atención y Jack debe combinar ambas enseñanzas. Todo empieza a cambiar cuando experimenta por primera vez la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. El mundo, hasta entonces limpio y luminoso, se convierte en oscuro y frustrante. Esta historia se compagina con la de Jack adulto, un alma perdida en un mundo moderno, que tratará de encontrar entre las escenas de su infancia aquello que permanece inalterado, el plan eterno del que todos formamos parte. Cuando descubre todo lo que se le ha escapado por el camino aprenderá a valorar más las cosas que le quedan por venir. Jack, con una nueva visión del mundo, es capaz así de perdonar a su padre y dar por vez primera sus propios pasos por la vida.

Director: Terrence Malick
Reparto: Brad Pitt (Sr. O’Brien), Sean Penn (Jack), Fiona Shaw (Abuela), Jessica Chastain (Sra. O’Brien), Kari Matchett, Joanna Going, Jackson Hurst (Ray), Brenna Roth, Jennifer Sipes, Crystal Mantecon, Lisa Marie Newmye, Will Wallace, Kimberly Whalen.

Web Oficial en español: www.tripictures.com/thetreeoflife
Web Oficial: www.foxsearchlight.com/thetreeoflife

CRITICA

Memoria y existencia

Resulta algo complicado comenzar a hablar de un film como este. Quizás sea porque al salir del cine, no se tiene la sensación de haber estado viendo una película, sino de que Terrence Malick ha decidido darnos la oportunidad de observar a través de una lupa al ser humano y su relación con la vida, la muerte, el amor, el odio, la pérdida, la esperanza y el perdón, mientras alterna unas imágenes espectaculares sobre la creación del universo, que van llenando la pantalla, acompañadas de la maravillosa y emocionante composición musical de Alexandre Desplat. Y es entonces cuando te quedas atrapado delante de la pantalla, porque ya has caído en las redes de esta obra de arte.
Es una película ambiciosa, de eso no hay duda, que invita a una reflexión tan profunda como la que va realizando el personaje de Sean Penn, quien a través de sus propios recuerdos, se pregunta sobre el origen de la vida y de sí mismo. Malick, por tanto, nos sirve en bandeja todas aquellas cuestiones y complejidades que están más allá de nuestro entendimiento, ayudado por las voces en off de los personajes principales que van narrando la historia delicadamente.

Es sobrecogedora y sugerente, como un poema hecho imagen y con unos momentos familiares de un calado que provoca escalofríos. Malick ha conseguido, con una capacidad artística insuperable, plasmar los recuerdos de infancia que se conservan en la memoria de un hombre, que pertenecen a esa época de la vida de la que es imposible que nos desprendamos. Y a través de los pensamientos de aquel niño que fue, viviremos sus intentos por comprender el porqué de las cosas, la severidad de su padre, la bondad de su madre o el sentido de la religión y de Dios, hasta que siente la necesidad de rebelarse contra todo aquello que le han enseñado, desafiando los mandatos paternos y movido en parte por la confusión propia de su edad, totalmente palpable a través de la gran interpretación de Hunter McCracken. El actor logra comprender el profundo desconcierto que siente su personaje, y lo representa sin problema. Y en este contexto de recuerdos, el Jack adulto es capaz de reflexionar sobre este momento de su vida, mientras se plantea el sentido de la misma y su lugar en el universo.
Los actores parece que no estén actuando, en especial los niños, y somos capaces de sentir a esa familia como si fuera real, a la vez que sus sentimientos son plasmados en la pantalla con una belleza que abruma. El autor consigue narrar con tal detalle la evolución y relaciones entre estos personajes, que por momentos raya el documental. Y la película hace gala de una gran carga metafórica, con esas lámparas que no deja de enfocar o los planos del agua y la naturaleza. Brad Pitt está bien, le imprime fuerza a ese padre que se mueve entre la crueldad y el cariño, y Jessica Chastain le da ese tono de dulzura a una buena y comprensiva madre, que es como un refugio para sus hijos.

La parte de la película centrada en la historia del universo es visualmente sensacional, con secuencias que tocan la sensibilidad del espectador y de una intensidad que cala hondo. A pesar de poder parecer en un principio un episodio apartado del resto de la trama, nada más lejos de la realidad, pues su unión con las imágenes en las que vuelven a aparecer los personajes es sencillamente perfecta.
Malick, por tanto, deja caer en su última propuesta grandes reflexiones sobre la vida, nuestro paso por ella y la muerte, y muestra con humanidad y fuerte sentimiento un momento tan importante de la existencia como es aquel que nos liga irremediablemente a nuestros padres, consiguiendo que el espectador se sienta realmente tocado (e incluso identificado) por este magistral retrato de la infancia. Esta película es mucho más grande de lo que podamos llegar a creer. Es una monumental pieza de arte.

Lo mejor: Las imágenes y la historia rozan la perfección.
Lo peor: El final no se siente tan completo como el resto del film.

Nota: 9,5

Crítica escrita por: Bea Varela

2 Comentarios

  1. De acuerdo con el hecho de que es una obra de arte visual, la música es escalofriante y nos lleva a una comunión con los personajes bastante magistral. Pero me parece que hay un excesivo desequilibrio entre el peso de la estética y el peso narrativo, como si se olvidara completamente de contar la historia y se centrara en que podamos percibirla. Entiendo que haya gente a la que pueda encantarle esta película, incluso que cree una escuela y que podamos estar ante el principio de una nueva corriente cinematográfica, pero en lo que respecta a mí no es lo que espero cuando me siento delante de la pantalla. Quiero más ritmo en la narración, giros argumentales, planos más atrevidos, una comunicación más activa entre lo que se cuenta y visualmente cómo se está contando…
    Pero en fin, que de ahí a salir en mitad del cine… Debo decir que me he tragado auténticos bodrios y he aguantado hasta el final. Es más, he visto a gente tragarse auténticos bodrios y luego convertir esas películas en líderes de taquilla (véase Torrente 3). En fin, paradojas del cine…

  2. Hola anónimo,

    Entiendo perfectamente lo que dices y el hecho de que a algunos les pueda decepcionar, no sé si hasta el punto de hacerles salir de la sala de cine, supongo que mucha gente se esperaba otra cosa y que no todo el mundo está dispuesto a aguantar esa lentitud en algunos tramos, la falta de diálogos y que no le encuentren ningún sentido a lo que el director nos cuenta. Es una película difícil de recomendar aunque creo que tiene el poder para atrapar a algunos espectadores desde el principio y fascinarnos completamente, pero eso ya es cuestión de gustos particulares 😉

    Muchas gracias por tu comentario!

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