CRITICA – ‘Siete psicópatas’: Criminales de psiquiátrico

Estreno en España: 22 de Febrero de 2013.

Marty (Collin Farrell) es un guionista que lucha por encontrar la inspiración para un guión titulado “Seven Psychopaths”, centrado en la confabulación de dos excéntricos amigos Billy (Sam Rockwell) y Hans (Christopher Walken) para secuestrar un perro. Las cosas toman un giro inesperado que empeora las cosas cuando el chucho de un gánster (Woody Harrelson) se pierde.

Director: Martin McDonagh
Reparto: Colin Farrell (Marty), Sam Rockwell (Billy), Woody Harrelson (Charlie), Tom Waits (Zachariah), Christopher Walken (Hans), Abbie Cornish (Kaya), Olga Kurylenko, Gabourey Sidibe (Sharice), Zeljko Ivanek (Paulo), Helena Mattsson (Blonde), Kevin Corrigan (Dennis), Joseph Lyle Taylor (Al).

Trailer 1 (V.O.) Trailer 2 Red Band (V.O.) Trailer (español)

La tercera película del director de Escondidos en Brujas, Martin McDonagh, cuenta con todos los alicientes para salir vencedora en su propósito de ser una comedia de cine negro que roza el absurdo. Su fantástico cast y un guion (también obra suya) inteligente, muy loco, a ratos imprevisible y original, le dan el toque necesario para convertirla en una cinta divertidísima, que hará pasar un rato de puro placer gamberro al público con su combinación de humor, violencia y caos en el que se mezcla de todo. La escritura de un guion cinematográfico es el punto de partida de una historia en la que se unen peligrosos gánsteres, ladrones de perros, chicas guapas, un asesino/s en serie y un escritor falto de ideas y con problemas de alcohol. Y con todo esto bajo la manga se convierte en una sesión continua de risas gracias a un libreto muy ocurrente, donde a sus dementes personajes solo les falta ir a terapia de grupo.

La cinta es fresca, llena de detalles comiquísimos (la escena en el cementerio o el final no pueden ser más hilarantes) y con un Sam Rockwell pletórico, aunque el resto de reparto no se queda atrás. Con una primera hora mejor que la segunda parte, el conjunto aprueba con nota en su propósito de ofrecer un espectáculo salvaje (como ese oeste donde se desarrolla la acción) y se sitúa, por su tono y diálogos, cerca del cine de Quentin Tarantino, ya desde su misma primera escena. Y, apostando siempre mucho más por la comedia que por cualquier otra cosa, aunque sin dejar de lado la parte más violenta y sangrienta, también nos habla del proceso creativo en Hollywood y de la falta de inspiración de un autor en horas bajas.
Guion y dirección aprueban con nota y es (conscientemente) estrafalaria y aguda hasta decir basta. Los 7 psicópatas del título, a los que vamos descubriendo a medida que avanza el metraje, son los que dan frescura al conjunto y los que consiguen, junto a ese argumento requeteloco, que la película se quede grabada en nuestra retina. La cinta se convierte así, en una sucesión de situaciones a cada cual más surrealista y divertida, mientras seguimos las peripecias del escritor interpretado por Colin Farrell (que convence más aquí que en papeles anteriores) que siempre va con un buen pedal encima y su desequilibrado mejor amigo, un actor en paro un tanto trastornado, a quien da vida un fantástico y desatado Sam Rockwell, lo mejor del reparto sin duda alguna. Por el camino, se cruzan Christopher Walken como ladrón de mascotas, Woody Harrelson como el mafioso que busca a su perro robado o Tom Waitts en uno de los papeles más maravillosos de la cinta, todo su arco argumental es desternillante. Así que chapeau para todo el reparto y la construcción de estos personajes.

La película no se toma en serio a sí misma en ningún momento (aunque tampoco deja de lado las reflexiones sobre el pacifismo y la redención) y se quiere y se gusta tan caótica como se muestra, lo que, aunque a ratos pueda jugar en su contra, la hace totalmente disfrutable. Es coger todos los tópicos del cine de gánsteres y crímenes y hacerlo volar por los aires para apostar por el lado más cómico, a base de líneas de guion ingeniosas y mientras somos testigos del desarrollo de un guion y de cómo los sucesos van inspirando poco a poco al protagonista. Entretanto, la película avanza y la realidad se mezcla con la ficción, las tramas se superponen, las escenas violentas se cortan para tener una tranquila conversación y así un sinfín de momentos que dejan totalmente sorprendido al espectador. Además, McDonagh sabe ofrecernos una selección de subtramas a cada cual más enloquecida (volviendo a lo de antes, la de Tom Waitts es tremenda). Y otro acierto de la cinta, aparte de su humor, es la empatía creciente que sentimos hacia sus personajes, todos ellos (finalmente) bastante enternecedores, lo que dentro de la absurdez del conjunto no deja de darle un toque de realismo, necesario para que no se quede solo en lo descabellado.
Siete psicópatas es una de las comedias negras con más personalidad, divertidas y delirantes que nos encontraremos en la cartelera en estos meses. Y lo que hay que hacer es sentarse delante de ella y disfrutarla a tope. Con un reparto increíblemente adecuado y un guion de lo más efectivo, se convierte en un viaje por la comedia, el crimen, la amistad y la locura de unos personajes absolutamente geniales, que nos deja ya escenas para el recuerdo en un conjunto tan extraño como lunático. Martin McDonagh, haz otra comedia cuando quieras, la recibiremos con los brazos abiertos.