CRITICA – ‘Noche de miedo (Fright night)’: El festín de sangre de Colin Farrell

Estreno en España: 8 de Septiembre de 2011.

Remake de ‘Noche de Miedo’ de Tom Holland (1985).

En su último año de secundaria, Charlie Brewster (Anton Yelchin) parece finalmente haber alcanzado todos sus objetivos: es uno de los estudiantes más populares y novio con la chica más popular de todo el colegio. De hecho, se siente tan reconocido que ha comenzado a dejar de lado a su mejor amigo. Pero las cosas se complican cuando Jerry (Colin Farrell) se muda al lado de su casa. Al principio, su nuevo vecino parece genial, pero al pasar los días, algo en su comportamiento resulta raro. Desafortunadamente, nadie, ni siquiera la madre de Charlie (Toni Collette), percibe nada. Después de observar que en la casa de al lado pasan cosas extrañas, Charlie llega a una conclusión: Jerry es un vampiro que se sirve del vecindario para cazar sus presas. Ante la incredulidad de los demás, el protagonista deberá ingeniárselas para deshacerse del monstruo por sí solo en esta moderna versión del clásico de la comedia y el terror dirigida por Craig Gillespie.

Director: Craig Gillespie

Reparto: Anton Yelchin (Charley Brewster), Colin Farrell (Jerry Dandrige), Toni Collette (Jane Brewster), Christopher Mintz- Plasse (‘Evil’ Ed Thompson), David Tennant (Peter Vincent), Imogen Poots (Amy Peterson), Dave Franco (Mark),R eid Ewing (Ben), Emily Montague (Doris).

· Ficha de película

Trailer 1 (V.O.) Trailer (español) Trailer 2 (V.O.) Trailer final (español)

No se le puede recriminar a esta película su afán de entretenimiento puro y duro, ni su intención de hacer reír y asustar a base de los elementos y estereotipos típicos del género. Porque todos y cada uno de ellos están ahí para hacer las delicias del espectador amante de la cultura vampírica: crucifijos, agua bendita, símbolos sagrados, luz solar, una tenebrosa mansión repleta de reliquias y armas y unas víctimas que se dejan morder con mucha facilidad. Y es en su pretendida combinación entre terror y comedia, donde la película no acaba de encontrar su sitio.

En la parte que corresponde al horror, cuenta con un par de escenas de sustos y alguna otra de suspense que no llega a provocar la tensión esperada, y solamente se compensa con la interpretación de Colin Farrell (Jerry, el vampiro), quien gracias a su irónica expresión y aire provocador consigue que estemos esperando con gusto cualquier maldad que se le ocurra. En cuanto al territorio cómico, tiene algunos momentos tronchantes, gracias sobre todo a la aparición en escena de Peter Vincent (David Tennant), que compone una suerte de mago-caza-vampiros con aires de rockero alcohólico y mujeriego, y de Ed (Christopher Mintz-Plasse), el amigo de la infancia del protagonista, divertido y cargado de frikismo. Pero tanto el humor como los diálogos ocurrentes, que prometen bastante al principio, van decayendo a medida que avanza el metraje, para acabar echándose en falta una mayor agudeza, sobre todo en los instantes finales.

A destacar por tanto, la actuación de Colin Farrell que consigue crear un personaje perverso a la vez que encantador y que le convierte en el atractivo vecino misterioso, factor que le servirá para engatusar a más de una inocente jovencita. Por su parte, Anton Yelchin (que interpreta a Charley), se encarga de llevar a cabo un protagonista algo insípido y del que sólo llegamos a conocer su sueño de ser el chico popular del instituto, lo que hace que cuando su interpretación se vuelve más seria y dramática no consiga calar del todo. El resto de actuaciones están correctas, con una Toni Collette como madre comprensiva y a Imogen Poots como la buena y perfecta novia del protagonista.

La banda sonora, creada por Ramin Djawadi (quien tiene un éxito reciente a sus espaldas con la serie Juego de Tronos), es uno de los aciertos del film, brindando aquí una composición oscura, mezclando violines con órganos de iglesia y convirtiendo así a la propia música en uno de los elementos que más nervio le imprimen a la película.

Visualmente es llamativa, con unos buenos efectos especiales, un maquillaje (obra de Greg Nicotero, uno de los responsables de The Walking Dead), que consigue unas transformaciones en los vampiros bastante diabólicas y una preciosa fotografía que muestra una crepuscular urbanización de Las Vegas, producto de Javier Aguirresarobe.

Con todos estos factores a su disposición, Noche de Miedo entretiene, y su director Craig Gillespie le proporciona un ritmo ágil, pero se acomoda en una fórmula demasiado simple incluso para una película cuyo único objetivo es el de divertir. Logra sostenerse a base de las buenas actuaciones (y la mala leche) de Colin Farrell y David Tennant, y en su receta para reírse de ella misma, y sin embargo, flojea con un guión que la llega a hacer demasiado fácil y predecible, dejando al espectador con ganas de más cachondeo y sobre todo, de muchísimo más terror.

Lo mejor: Colin Farrell.

Lo peor: Un guión previsible