Estreno en España: 27 de Marzo de 2013.

Año 2013. De forma inexplicable toda la población del planeta queda atrapada en edificios y espacios cerrados, incapaz de salir al exterior. Se inicia una batalla por la supervivencia de consecuencias imprevisibles para el futuro de la humanidad. En una Barcelona apocalíptica, Marc emprende una odisea en busca de Julia, su novia desaparecida.

Directores: David Pastor y Álex Pastor
Reparto: Leticia Dolera (Andrea), Marta Etura (Julia), Quim Gutiérrez (Marc Delgado), José Coronado (Enric), Ivan Massagué (Lucas), Pere Brasó (Carlos), Pep Sais, Jose Mellinas, Albert Prat, Momo Ballesteros.

Web Oficial: www.losultimosdias.es

Trailers de la película:

CRITICA

Luz en la hecatombe

Tras dos cortos en los años 2004 y 2006, los hermanos Alex y David Pastor debutaron en el largometraje de corte fantástico y con producción estadounidense estrenaron Infectados en 2009. Su más que correcto debut les puso en la senda de directores y guionistas de género a tener en cuenta y cuatro años después cambian las costas del Golfo de México por una devastada ciudad de Barcelona en su último trabajo. La cinta de los Pastor recuerda a muchas otras y cuenta con los elementos comunes en este tipo de historias de temática apocalíptica, pero se las ingenia para con todo ello crear una cinta sumamente entretenida, que gana muchos puntos por ese final revelador, con el que parecen querer abrirnos los ojos ante tanto terror y desasosiego acumulado.
Mientras tanto, nos cuentan la desoladora historia de un mundo que se desmorona, una sociedad en punto muerto, atemorizada por todo lo que le rodea y que se ha quedado sin recursos (físicos, ambientales, psicológicos) para seguir adelante. La metáfora está presente en todo el metraje, somos la causa de nuestra autodestrucción, aquí no hay un motivo palpable para esta epidemia, no hay un culpable tangible, debemos mirar bien en nuestro propio interior para encontrar al responsable y la solución.

La historia sigue al personaje de Quim Gutiérrez, un ingeniero al que le han surgido algunos problemas en el trabajo, en particular con el jefe de recursos humanos, a quien da vida José Coronado. Los dos cruzarán sus destinos en esta odisea que supone cruzar Barcelona a través de los lúgubres y peligrosos túneles del metro, un lugar que ahora es hogar de una población impedida de todo contacto con el exterior y donde tendrán que enfrentarse a, sobre todo, los fantasmas interiores que cada uno de ellos porta. El viaje servirá para que ambos se conozcan y comprendan que tienen más cosas en común de lo que podría parecer y también, de forma individual, para que cada uno reflexione sobre su propia vida, sus propias miserias, sobre lo que han perdido, lo que han dejado atrás, las cosas que dijeron y las que se dejaron sin decir. Una situación límite para aprender, perdonar, comprender y ser capaces, guiados por el amor hacia un ser querido, de volver a encontrar la motivación y la fuerza para enderezar lo que hicieron mal. En el lado femenino tenemos a Marta Etura, en un papel correcto pero sin mucha chicha, personaje en torno al que gira el de Quim Gutiérrez y en unas pocas escenas a una ya asidua al género Leticia Dolera. Barcelona y sus túneles se convierten en un personaje más, una ciudad silenciosa, gris, inhóspita, aterrorizada, deprimente. Una urbe en la que no queda nada, donde no se puede salir a la calle y donde la desesperación es tal que una simple lluvia es capaz de provocar un pequeño chispazo de esperanza en sus ciudadanos.

La película resulta muy entretenida e interesante en su mayor parte. Tampoco debemos esperar una trama muy compleja, pues no la tiene, y mejor quedarse con su mensaje y todo lo que los hermanos Pastor nos quieren trasladar con su guion, que no es poco. El final es de esos que te dejan emocionado, con fuerzas para volver a coger aire y seguir adelante y lo que hace que te des cuenta cuánto ha valido la pena este viaje subterráneo por la ciudad condal. La factura técnica es impecable, la reconstrucción de una Barcelona en ruinas, la fotografía y unas cuantas escenas de acción hacen que todo en este apartado nos parezca que está en su sitio. La cinta tiene sus fallos, por supuesto, y hay alguna escena metida con calzador (la de la iglesia como ejemplo más claro), lo que los directores enseguida se encargan de arreglar obsequiándonos con otras cuantas muy potentes y en su conjunto, conseguir su propósito de regalar una película de corte fantástico con argumento muy atractivo y unas buenas y creíbles interpretaciones por parte de su pareja protagonista.
Los últimos días es una cinta que utiliza los recursos del género sci-fi para contar una historia sobre nuestro preocupante estado de paranoia mental y el aislamiento y egocentrismo en el que nos hemos instalado en las últimas décadas. Sobre los miedos que no nos dejan avanzar, la necesidad de despertar del letargo en el que vivimos y cuidar lo que somos y tenemos. Porque si no, puede que para cuando nos demos cuenta ya sea demasiado tarde.

Lo mejor: Su factura técnica y el mensaje.
Lo peor: La escena en la iglesia.

Nota: 6,5

Crítica escrita por: Bea Varela

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