CRITICA – ‘Los juegos del hambre’: Distopía adolescente televisada

Estreno en España: 20 de Abril de 2012.

Narra la lucha desafiante de Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) para sobrevivir en una distopía donde el Capitolio exige que sus doce distritos subyugados expíen por su insurrección de hace años mediante ‘Los juegos del hambre’ anuales, un combate a muerte que se realiza en un escenario fantástico hecho por el hombre. Aunque perseverar a través de situaciones difíciles es un lugar común para una audaz heroína, se ve obligada a efectuar decisiones que sopesan la supervivencia frente a la humanidad y la vida frente al amor para ganar los juegos y volver a casa, en el Distrito 12.

Director: Gary Ross
Reparto: Jennifer Lawrence (Katniss Everdeen), Josh Hutcherson (Peeta), Liam Hemsworth, Elizabeth Banks (Effie Trinket), Woody Harrelson (Haymitch AbernathyWes), Bentley (Seneca Crane), Donald Sutherland (Presidente Snow), Lenny Kravitz (Cinna), Isabelle Fuhrman (Clove), Alexander Ludwig (Cato).

· Ficha de la película

Teaser trailer (V.O.) Teaser trailer (español) Trailer 1 (V.O.) Trailer 1 (español)
Trailer 2 (V.O.) Trailer final (español)

En el año 2008, Suzanne Collins publicó Los luegos del hambre, primera novela de una trilogía que rápidamente llenó las estanterías de adolescentes (y no tanto) de medio mundo, cosechando alabanzas tanto de crítica como de público y convirtiéndose en un fenómeno de masas siguiendo la estela de éxito de otras sagas juveniles como Harry Potter o Crepúsculo. En esta adaptación que nos llega ahora de la mano de Gary Ross, la autora ejerce de coguionista, lo que ya es buena señal y se nota, porque el que haya leído el libro apreciará como sus páginas cobran vida, sobre todo en esa estética distópica de una Norteamérica dividida entre pobres y ricos, que vive bajo un régimen dictatorial y en un casting más que acertado lleno de rostros conocidos muy bien pensados para cada papel. Sin embargo, la película no profundiza en algunos aspectos que resultan importantes para la trama.

El primer acierto de la cinta, por tanto, es su reparto, empezando por Jennifer Lawrence que resulta ser una Katniss Everdeen a la altura, una heroína valiente, creíble y con una determinación absoluta, necesaria para sobrevivir en ese juego mortal y poder volver a casa con su hermana. La actriz es, sin duda, de lo más destacable de la cinta, totalmente comprometida con este papel y con lo que significa para millones de lectores y, su actuación, vuelve a ser aquello que pudimos apreciar en Winter’s bone, cinta con la que el Distrito 12 de Panem e incluso su protagonista guardan cierto parecido. El resto de papeles de peso se los llevan un grupo de actores totalmente convincentes: un solvente Josh Hutcherson como Peeta; Woody Harrelson como alcohólico mentor de los tributos, Donald Sutherland y su impasibilidad ante la situación de desigualdad en la que se encuentra su país; Stanley Tucci que está estupendo como ese ostentoso presentador del programa de televisión que retransmite en directo los juegos (con ese público tan espejo nuestro) que es todo falsa apariencia y Lenny Kravitz como un magnífico Cinna (una pena que no tenga más tiempo en pantalla). El problema al ver la película, y más para aquellos que no hayan leído el libro, es la poca información que se nos da sobre algunos aspectos, como es el caso de la familia de Katniss, en concreto en el personaje de su madre (quien apenas tiene un par de escenas) para poder entender algo más tanto al personaje como su situación familiar y porqué es tan importante para ella regresar con vida. Este es uno de los fallos más acuciantes del film, que hay personajes muy destacados, otro caso es el de Rue, con el que no nos da tiempo a establecer un vínculo y muchos espectadores quizás no vean el sentido a las reacciones de Katniss con respecto a la pequeña Rue (más allá de entender lo que supone para ambas la terrible situación en la que se encuentran), pasando así de puntillas por encima de ciertos personajes, que aunque se entiende que en una adaptación no cabe todo, algunos aspectos se quedan demasiado en la superficie.

El otro problema de la cinta es la falta de impacto en los momentos importantes, como la ya citada trama de Rue o el final de los Juegos, y es que aunque es una película con cierta intensidad no parece suficiente para el material de base que tiene, pues es un libro muy adictivo y termina siendo una cinta que no emociona todo lo esperado.
La historia ya es interesante de por sí, además de mostrar el coraje, la moralidad (o falta de ella) y la estrategia de sus protagonistas ante una situación en la que deben luchar a vida o muerte, pretende ser una denuncia ambientándose en una sociedad regida por una ideología absolutista, mostrando hasta qué punto llega su grado de manipulación durante los juegos y a una humanidad que ha llegado a un nivel de degeneración total cuando su mayor disfrute es ver como sus jóvenes se matan entre ellos en horario de máxima audiencia y todo ello en una película destinada a un público menor de edad. Este target tan específico, supone que la violencia no sea tan explícita, pero hay que destacar que, si dejamos a un lado esto, se puede apreciar igualmente el dolor, la tensión y el miedo (muy bien conseguidos en un par de momentos) ya que, sean las escenas más o menos sangrientas, no hay que olvidar que lo que estamos presenciando son niños matando niños, imaginárselo ya es bastante terrible. Las películas futuristas, muchas de ellas hechas para un público más adulto, nos han mostrado en numerosas ocasiones en nuestros estados más salvajes, el acierto aquí es plantearles esta premisa a millones de jóvenes espectadores conjugándolo con elementos que les enganchen, como una heroína carismática y toques de acción y aventura.
La cámara de Gary Ross (en su intento por centrarse en los personajes) es un mareo excesivo y en ocasiones incomprensible y el ritmo imprimido al metraje no siempre está a la altura del material de partida, que pedía mucho más impacto y emoción sobre todo en los momentos finales pero, aun así, Los Juegos del Hambre es una adaptación bastante fiel, una cinta interesante y entretenida con algún que otro momento brutal y la esperanza de acabar conformando una trilogía en la que calidad y taquillazo no sean incompatibles.