CRITICA – 'La vida de Pi': Cuento de supervivencia

Estreno en España: 30 de Noviembre de 2012. 

Un joven sobrevive a un fatídico desastre en el mar y se embarca en un viaje épico de aventura y descubrimientos. Quedando a la deriva en un bote salvavidas, labrará una emocionante, increíble e inesperada relación con el otro superviviente del barco, un tigre de bengala.

Director: Ang Lee
Reparto: Tobey Maguire, Irrfan Khan, Tabu, Suraj Sharma, Adil Hussain, Ayush Tandon.

Trailer (español) Trailer 2 (V.O.) Trailer final (español)

La carrera del director taiwanés Ang Lee, siempre se ha caracterizado por ser bastante camaleónica y por su habilidad en la dirección de actores, pero también tienen en común todas sus obras una característica, la belleza visual y la delicadeza que emana de sus historias. Desde los tiempos de Sentido y sensibilidad, su primera incursión en el cine norteamericano, pasando por La tormenta de hielo hasta llegar a su obra más premiada Brokeback mountain, es un cineasta que ha puesto el ojo en estudiar con detalle a una serie de personajes que viven sus vidas bajo la influencia de una época o unas circunstancias particulares y de sus luchas, ya sea contra una sociedad cerrada e hipócrita que obliga a ser quien no eres o contra un tigre de bengala, como es el caso que nos ocupa en su último trabajo.

La vida de Pi es un paso creativo y narrativo más en la carrera del director, una cinta de aventuras llena de magia y fantasía, pero también un cuento con una lectura final emocionante y sincera, un paseo por la vida de un chico que vive una tragedia y que hace todo lo posible por sobrevivir, incluso cuando muchos años después ya ha pasado el peligro. Basada en la novela de 2001 de Yann Martel, su adaptación ha sido todo un reto por el hecho de que casi todo ocurre en un único escenario, pero el guionista David Magee (que ya despuntó con el guion de Descubriendo nunca jamás) ha logrado conservar la épica de una historia difícil de trasladar al lenguaje cinematográfico, sin por ello borrar la parte más filosófica del texto de base. La película cuenta, además, con una visualidad apabullante y una fotografía bellísima de colores preciosos y brillantes que resplandecen con fuerza ante nuestros ojos (gracias al trabajo de Claudio Miranda), retratando la belleza e inmensidad del mar o la magia de un firmamento eterno y misterioso, contando con un 3D que ayuda a apreciar más todos estos detalles (la escena del naufragio es mareante). Pero lo más importante, sin duda, es que esta espectacularidad no eclipsa la historia de fondo, la cual debe también parte de su triunfo a ese tramo final que pone la guinda a un cuento increíble pero emocionante, sin el cual no sería lo mismo y sus mecanismos no funcionarían en absoluto.

El debutante Suraj Sharma destaca con su interpretación dando vida a Pi y nos introduce en un relato (contado en flashback por su versión adulta, Irrfan Khan) cuya primera media hora es magnífica. En esta parte somos testigos de cómo es su vida y la de su familia en ese zoo de la India, narrada con mucho sentido del humor (el origen de su nombre o su faceta religiosa son tronchantes), mientras vemos evolucionar al personaje de niño a adolescente intentando descubrir quién es. Porque esta historia trata de eso, de la búsqueda de uno mismo y cómo las circunstancias pueden ayudarte a ello. A partir de aquí, toda la película se desarrolla (casi) en un único escenario, con dos personajes, el propio Pi y un tigre de bengala que se ha colado en la balsa salvavidas sin que éste se entere. Durante el interminable periplo ambos tendrán que aprender a sobrevivir, a conocerse y a convivir el uno con el otro, mientras el hambre, la sed y una desesperanza creciente se apoderan de ellos, pero también mientras un mundo de nuevos pensamientos va tomando forma en el interior de Pi, que le ayudan a aprender y a avanzar. Si bien es verdad que con toda seguridad los temas existenciales y su calado moral estarán mucho más desarrollados en la novela, nos podemos hacer una idea de lo que director y guionista no han querido hacer llegar. Los animales tienen un papel muy importante en la película, y algunas de las secuencias son verdaderamente conmovedoras e incluso dolorosas, como también lo es la evolución de la relación del niño con el tigre, en la que hay tanto muestras de acercamiento como una gran hostilidad por ambas partes, producto del desconocimiento, el miedo y la desconfianza.
La vida de Pi es un cuento de supervivencia con alma, envuelto en la magia de la fantasía de un niño y donde el rico 3D y una fotografía muy cuidada ayudan a que las imágenes sean impresionantes y preciosas. A veces divertida, a veces triste, es una aventura llena de color en la que, por suerte, la técnica no quiere estar por encima de la historia y se convierte así en un canto a la imaginación, que nos invita a soñar y a no quedarnos bajo ningún concepto solo con aquello que podemos ver.