El joven huérfano Pip (Jeremy Irvine) deja atrás su origen humilde gracias a un misterioso benefactor. Moviéndose en la sociedad londinense como un caballero, Pip usa su nueva posición para seducir a la hermosa Estella (Holliday Grainger), una heredera a la que ama desde la niñez. Sin embargo, la terrible verdad detrás de su gran fortuna tendrá consecuencias devastadoras para todo lo que ama.
Director: Mike Newell
Reparto: Ralph Fiennes (Magwitch), Helena Bonham Carter (Srta. Havisham), Jason Flemyng (Joe Gargery), Robbie Coltrane (Sr. Jaggers), Holliday Grainger (Estella), Jeremy Irvine (Pip), Sophie Rundle (Clara), Sally Hawkins (Sra. Joe), Jessie Cave (Biddy), Tamzin Outhwaite (Molly).
Frialdad y aburrimiento en el Londres dickensiano
La apuesta de Cuarón fue arriesgada, al trasladar la acción a nuestros días y rodearla de una estética muy alejada del Londres que reflejaba Dickens en su libro. Pero no se le puede negar la grandísima química que había entre su pareja protagonista, una preciosa fotografía y banda sonora, así como alguna escena para el recuerdo, como el momento bajo la lluvia o el beso en la fuente. También hay que decir que la personalidad de Estella estaba muchísimo mejor construido que en la película de Mike Newell y que el sufrimiento de Ethan Hawke era también más creíble que el del joven Jeremy Irvine (aunque haga una buena interpretación), donde su desesperación y anhelo por esa mujer inalcanzable traspasaban la pantalla. En el año en el que se conmemoran los 200 años del nacimiento del escritor inglés, llega esta cinta de Mike Newell tan elegante y clásica como lejana, incapaz de transmitir esas pasiones y sentimientos tan complejos que sufren los protagonistas. El otro problema de la película es el poco carisma de Holliday Grainger como interés amoroso, que no cuaja en su personaje y un metraje excesivo que la termina haciendo sumamente aburrida. Por tanto, la historia no apasiona en ningún momento y para cuando la trama da un vuelco y comienza a ponerse más emocionante, nos da igual todo lo que ocurre en ella.
El cuento clásico de Charles Dickens nos llega en esta ocasión envuelto en un paquete tan opulento como desapasionado, que ahora se encarga de adaptar el guionista David Nicholls (conocido por su trabajo en One day (Siempre el mismo día), donde trasladó al lenguaje cinematográfico su propio libro). En el reparto tenemos a Jeremy Irvine, tras su debut a las órdenes de Steven Spielberg en War horse (Caballo de batalla), dando vida a un joven de origen humilde, que gracias a un anónimo protector se convierte en un rico estudiante en Londres. El actor tiene ese punto de inocencia, desamparo y encanto que el personaje necesita pero el conjunto de la película no apoya esta interpretación. Helena Bonham Carter es la otra baza de la cinta y maneja muy bien a su personaje de señora Havisham, una mujer de mediana edad vestida de eterna novia a punto de ir al altar.
Además, nos da realmente la impresión de que lleva años sin salir de esa casa, ducharse o cambiarse de ropa, tal es su trauma. Ralph Fiennes también regala una buena actuación como Magwitch, dando bastante riqueza y peso a la trama secundaria que protagoniza. Pero, a pesar de contar con un buen reparto y una ambientación lúgubre que le pega muy bien, no deja de ser otra adaptación de lo ya visto y en este sentido, la cinta no destaca por nada, salvo por la mencionada puesta en escena y el extravagante personaje de Bonham Carter a la que este papel le va como anillo al dedo, que sí puede marcar diferencia con lo visto anteriormente. Mike Newell no aporta nada nuevo con su dirección y tampoco parece pretenderlo. La historia resulta sumamente lejana, sobre todo por el personaje de Estella, que resulta agotador, culpable en su mayor parte de que nos alejemos tanto de la historia. La complejidad de los sentimientos de los personajes de esta novela no se siente aquí y la historia de amor no está bien reflejada, ni el dolor de ambos y, sin embargo, sí es capaz de crear unos ambientes adecuados al contexto, tan cerrados y oscuros como los corazones de sus protagonistas.
La cinta de Mike Newell cuida más su puesta en escena, elegante y convincente, que a sus personajes o al hecho de aportar algo nuevo con esta adaptación. Recomendada si os interesa mucho ver una nueva versión del cuento clásico de Dickens, la cinta nunca entra de verdad en los sentimientos y personalidad de los dos jóvenes, no se arriesga y no consigue trasladar el desasosiego y la angustia que sienten estos personajes, lo que hace que nos olvidemos rápido de una historia que debería ser inolvidable.
Lo mejor: Una cuidada, elegante y gótica puesta en escena.
Lo peor: Resulta pesada e insípida en su mayor parte
Nota: 5
Crítica escrita por: Bea Varela