En una ciudad británica, cuatro hombres tienen un plan secreto. Omar (Riz Ahmed) está desilusionado con el trato que se da a los musulmanes en el mundo y está decidido a convertirse en soldado. Ésta es la idea más excitante que Waj (Kayvan Novak) había oído nunca. Mejor todavía, es una tontería porque Omar se guarda esa idea para él. Opuesto a Omar y a todo bicho viviente es el blanco occidental convertido al islam, Barry (Nigel Lindsay), que se habría dado cuenta de que se había unido a la célula para canalizar su nihilismo -si hubiera tenido la mitad de autoconocimiento de un pato-. Faisal (Adell Akhtar) es el hombre que está de más. Puede hacer una bomba, pero no puede volarse en ese momento porque su padre enfermo “ha empezado a comerse los periódicos”. En cambio, se dedica a entrenar a cuervos para que introduzcan bombas por las ventanas. Esto es lo que Omar tiene que manejar. Tienen que dar un golpe decisivo en su propio jardín, pero ¿puede cualquiera de ellos encender una cerilla sin darse en la cara?
Esta película no es ni pro ni antirreligiosa. La comedia surge de los conflictos de los personajes, de sus excesos y errores.
Crepitando con ingenio y tensión, FOUR LIONS es la respuesta esencial a nuestro fracaso para interconectar con la realidad y una apuesta por la idea de que reír es mejor que matar.
Director: Christopher Morris
Reparto: Riz Ahmed (Omar), Arsher Ali (Hassan), Nigel Lindsay (Barry), Kayvan Novak (Waj), Adeel Akhtar (Fessal), Benedict Cumberbatch (Ed), Julia Davis (Alice), Craig Parkinson (Matt), Preeya Kalidas (Sophia), Mohammad Aqil (Mahmood).
Web Oficial: www.fourlionsfilm.com
Si Bin Laden levantara la cabeza…
¿Pero cómo convertir a unos terroristas en los protagonistas de una comedia? Caricaturizándolos, dotándolos de un cociente intelectual bajo y, ante todo, haciéndolos muy patosos. Chris Morris ha afrontado este reto en su debut en el cine (proviene de la televisión) y ha salido muy bien airado. Su humor es negro hasta el extremo pero sorprendentemente efectivo, directo y capaz de hacer soltar unas risas a los espectadores más exigentes.
Es cierto que en ocasiones la película roza el absurdo pero, a pesar de ello, sus personajes no pierden cierta verosimilitud y resultan creíbles dentro de su gran excentricidad. En algunos momentos estos singulares yihadistas nos hacen reír, en otros nos desconciertan y en algunos llegan a emocionarnos y hacernos pensar.
De hecho, cabe remarcar que, aunque el objetivo primordial del film no es otro que el de arrancarnos unas carcajadas, éste también da pie a la reflexión. Una muestra de ello es la conversación entre el protagonista, Omar, su mujer y sus hijo en que hablan de la inmolación como si fuera el “fueron felices y comieron perdices” de los cuentos infantiles.
Quizás el hecho de mezclar una comedia física y directa con una reflexión sobre la situación del yihadismo es lo que hace que Four Lions chirríe un poco. Tratar un tema tan complejo dedicándole tan sólo unas líneas entre explosiones y carcajadas resulta algo ambicioso.
Four Lions es capaz de criticar con dureza la absurdidad de los fanatismos, no tan sólo los islámicos, sino todos ellos. La comedia no deja de lado la tragedia de sus protagonistas aunque el patetismo de ésta nos arranque unas risas.
En cualquier caso esta una hilarante y atrevida comedia demuestra que el sentido del humor es capaz de adueñarse de temas que parecen intocables. Chris Morris se ha atrevido a bromear sobre “cosas con los que no se juega”, y si no que se lo digan a los caricaturistas daneses de Mahoma. Esperamos que en este caso la libertad de expresión venza y la polémica no salpique demasiado a esta comedia.
Lo mejor: La grabación del vídeo-comunicado del inicio y una multitud de gags desternillantes.
Lo peor: Que algunos no sepan ver la reflexión que se esconde bajo su hilarante provocación.
Nota: 8
Crítica escrita por: Elena Zafra