Una enfermera, un conductor de ambulancia, una gimnasta y su entrenador fundan Alps, una compañía especializada en hacerse pasar por personas fallecidas que contratan los propios familiares, amigos o compañeros del difunto.
Director: Giorgos Lanthimos
Reparto: Aggeliki Papoulia, Aris Servetalis, Johnny Vekris, Ariane Labed, Stavros Psillakis, Efthimis Filippou.
A la sombra de ‘Canino’
A diferencia de Canino, Alps no engancha en su rareza. Aquí tenemos unos personajes que no consiguen que nos interesemos demasiado por sus historias, el humor y la violencia siguen siendo tan siniestros como absurdos provocando, eso sí, la perplejidad que sin duda el director está buscando. Alps pretende sobrecogernos e incomodarnos al igual que su predecesora, pero su narrativa es tan sumamente aburrida, su forma tan poco elaborada que es incapaz de dejarnos el poso que pretende. El intento por plasmar el papel del individuo en la sociedad queda reflejado, pero no llegar a calar como para dejarnos una reflexión con el paso de las horas. En Canino, querías saber qué iba a pasar a continuación en esa casa de pesadilla, nos mantenía expectantes y algunos de sus recursos, como la utilización del lenguaje para manipular a los miembros de la familia resultaban bastante fascinantes, sin embargo Alps consigue que nos pasemos buena parte de su metraje consultando nuestros relojes.
La premisa vuelve a ser interesante y consigue captar (a priori) la atención, con un título tan metafórico como su propio desarrollo. Sin embargo es casi imposible conectar con ningún aspecto en esta cinta tan fría como la nieve que corona los Alpes que le dan nombre, hay poco a lo que agarrarse, poca emoción e impasibles ante los hechos vamos viendo cómo pasan las imágenes antes nuestros ojos. La enfermera, interpretada por Aggeliki Papoulia representa al individuo que se sale de lo establecido, que piensa por sí mismo y se rebela ante las normas y que irremediablemente pagará las consecuencias mientras lucha por ocupar un lugar que se supone no le pertenece. Suyas son las mejores escenas, sobre todo las que tienen lugar en la tienda de iluminación. Entre el resto de personajes nos encontramos con una gimnasta, que protagoniza la brutal escena de apertura y que intenta conseguir unos intereses que no le serán concedidos hasta que cumpla con su trabajo (bajo amenaza en muchas ocasiones por el cabecilla del grupo) sin cometer ningún tipo de fallo. Y ellas dos son lo más destacable de un reparto donde el resto de personajes están prácticamente sin desarrollar.
El director se ríe del individuo y del grupo con su particular y perverso sentido del humor y Alps es su nuevo intento por describir y retratar el vacío que se ha apoderado de nosotros como reflejo de una sociedad en perpetua decadencia, donde a través de esa atmósfera enrarecida y tétrica y su falseamiento de la realidad, ofrece un mundo más parecido al nuestro de lo que nos gustaría. Pero una buena idea no hace una buena película.
Lo mejor: Toda la parte en la tienda de iluminación.
Lo peor: La idea no está a la altura de su desarrollo
Nota: 4
Crítica escrita por: Bea Varela