CRITICA – ‘360 – Juego de destinos’: Fallido intento de transcendencia

Estreno en España: 31 de Mayo de 2013.

Moderno caleidoscopio de amor y relaciones que unen a personajes de diferentes ciudades y países en un thriller intenso y conmovedor sobre la vida romántica en el siglo 21. Comenzando en Viena, la película entreteje relatos en París, Londres, Bratislava, Río, Denver y Phoenix en una historia tan original como apasionante. Un hombre de negocios se enfrenta a una dura decisión: serle fiel o no a su mujer. A partir de este momento se origina una serie de acontecimientos que se desarrollan alrededor del mundo con consecuencias dramáticas, haciendo que la trama acabe volviendo 360 grados al lugar de la decisión original. Escrita a la sombra de la crisis bancaria internacional, el efecto dominó de la Primavera Árabe, la amenaza de las pandemias globales y la inestabilidad en la Eurozona, para los creadores de ‘360 – Juego de destinos’ el mundo nunca ha estado tan interconectado como ahora.

Director: Fernando Meirelles
Reparto: Anthony Hopkins, Jude Law, Ben Foster, Rachel Weisz, Moritz Bleibtreu, Mark Ivanir, Jamel Debbouze, Peter Morgan, Tereza Srbova, Katrina Vasilieva, Riann Steele, Dinara Drukarova, Pamela Betsy Cooper.

Trailer (V.O.) Trailer (español)

Cuando ves que entre el reparto del film se encuentran Anthony Hopkins, Jude Law y Rachel Weisz comienzas a sentir curiosidad. Después lees una sinopsis en la que se dice que es un: “Moderno caleidoscopio de amor y relaciones que unen a personajes de diferentes ciudades y países en un thriller intenso y conmovedor sobre la vida romántica en el siglo 21”. Entonces piensas que la película pinta muy bien. Miras el tráiler y no te atrae mucho pero crees tiene potencial así que decides ir al cine a ver la película en cuestión: 360 – Juego de destinos. Lo siento, amigo mío, pero vas a encontrarte con una película insípida y carente de atractivo. ¿Pero por qué grandes estrellas han aceptado formar parte de este film? La respuesta probablemente se encuentra en sus buenas intenciones.
El cineasta Fernando Meirelles ha intentado plasmar el mundo actual en el que la globalización nos hace estar conectados con gente que quizás vive a miles de quilómetros de distancia. Pero, por desgracia, le ha salido una historia espesa que tan sólo es capaz de conectar con el público en algunos momentos muy puntuales. Es realmente muy loable que el director pretenda crear un film transcendente que aporte algo más allá del puro entretenimiento. Lo más sencillo es hacer una película que simplemente divierta a las audiencias y asegure taquilla pero que no tenga mucho calado. En este caso, por desgracia, el film no consigue su objetivo y no es capaz de entretener y, mucho menos, de aportar algo más. Se queda a medio camino.

Además el film peca de lo mismo que muchas otras historias cruzada: falta tiempo para poder empatizar con los personajes. Si bien es cierto que algunos de ellos son interesantes se pierde la oportunidad de sacarles todo el jugo porque se dedica gran parte del metraje a otros personajes que poco tienen a aportar (como los aburridos personajes de Jude Law y Rachel Weisz).
Así pues el espectador va siguiendo las historias de un enjambre de personajes demasiado numeroso que viaja de una punta a otra del globo pasando por: París, Londres, Bratislava, Río, Phoenix y Denver, entre otras ciudades. Es posible que alguno se pierda un poco y tenga que situarse gracias a algún que otro elemento visual (como una torre Eiffel que se ve de pasada) para saber cuál es el lugar en que están sucediendo los hechos.
Uno de los puntos fuertes del film en la versión original es la mezcla de idiomas que se oyen en la película pero, por desgracia, en la versión doblada se tapa el valor añadido que supone esta enriquecedora Torre de Babel cinematográfica.
Las interpretaciones son correctas pero cuando se hacen para defender historias que no son capaces de emocionar al público, de bien poco sirven. Es pues, una lástima que, a pesar de sus buenas intenciones y de disponer de un gran elenco, la película pase sus 110 minutos de duración planeando a duras penas sin conseguir alzar el vuelo.