CRITICA – ‘Criadas y señoras’: Igualdad de derechos en clave femenina

Estreno en España: 28 de Octubre de 2011.

Mississippi, años 60. Skeeter (Emma Stone) es una chica de la buena sociedad sureña que regresa de la universidad dispuesta a convertirse en escritora. Pero decide entrevistar a las mujeres negras que se han pasado la vida trabajando al servicio de las grandes familias sureñas. Esto sembrará una verdadera revolución en su círculo de amistades y en la pequeña localidad. Aibileen (Viola Davis), la criada y mejor amiga de Skeeter, es la primera en sincerarse para escándalo de sus amigas de la cerrada comunidad negra. A pesar de que Skeeter corre el peligro de perder a sus antiguas amistades, ella y Aibileen siguen trabajando en el proyecto y logran que más mujeres se atrevan a contar sus historias. Porque lo más curioso es que tienen mucho que decir. A medida que avanza la historia se van desarrollando amistades insólitas y surge una nueva hermandad femenina. Pero antes, los habitantes de la ciudad también tendrán que decir algunas cosas al verse arrastrados de forma irremediable a un mundo que está a punto de cambiar para siempre.

Director: Tate Taylor
Reparto: Emma Stone (Eugenia ‘Skeeter’ Phelan), Bryce Dalas Howard (Hilly), Ahna O’Reilly (Elizabeth), Mike Vogel (Johnny), Allison Janney (Charlotte), Jessica Chastain (Celia), Sissy Spacek (Missus Walters), Viola Davis (Aibileen).

· Ficha de la película

Trailer 1 (V.O.) Trailer 2 (V.O.) Trailer (español)

Un excelente elenco de actrices se da cita en Criadas y Señoras para ponerse al servicio de una historia, la de unas mujeres luchadoras y valientes en una época en la que eso podía conllevar un fatal destino, que cuenta con todos los elementos a su disposición para poner en marcha una gran película. Sin embargo, el director, Tate Taylor, coge la novela de Kathryn Stockett y elabora un guión con el que lleva al espectador por donde quiere, intentando impresionarle emocionalmente en todo momento y esto se le acaba notando demasiado. Y además, en un film como este, con temática racial y de lucha por los derechos civiles, el tono dramático adoptado no termina de encajar, está ahí, lo sentimos de vez en cuando, pero no acaba de pasar al siguiente nivel, y cuenta con situaciones y escenas muy forzadas, que pretenden la lágrima fácil y la complacencia del espectador, pero sin llegar finalmente a emocionar como es debido.

Los conflictos raciales son contados pasando casi de puntillas sobre ellos y sin darles la profundidad adecuada, porque un par de escenas en las que se muestran como se sentaban negros y blancos en los autobuses o nombrar a Martin Luther King en una conversación no parece que sirva para que sintamos el gran problema que sufrían aquellas mujeres que criaban a los hijos de las blancas, mientras ellas jugaban al bridge. En este punto se hace hincapié en esta forma de racismo casero, que sí está muy bien plasmado, de humillaciones y vejaciones por parte de sus señoras, pero deja completamente de lado el reflejo de la lucha en las calles para conseguir la igualdad, el derramamiento de sangre o las protestas, que sin lugar a dudas le habrían dado un contexto mucho más creíble a la historia. Cierto es que la intención de su director, en sus propias palabras, era reflejar las relaciones entre estas mujeres y no tanto la violencia racial que se respiraba en las aceras de Mississippi, y es gracias a las grandes interpretaciones de Viola Davis (Aibileen), que carga con el mayor peso dramático de la cinta y Octavia Spencer (Minny) por lo que esta historia que podría haber sido mucho más emotiva y de gran calado, chirría algo menos.

El resto de actrices están fantásticas y se muestran en todo su esplendor. La gran protagonista de la película junto a Viola Davis, es una Emma Stone (Skeeter) que le aporta mucha vitalidad y frescura a un personaje que sigue sus propios dictados y valores y al que no le importa no encajar en el estrato social al que pertenece, perfecta en el papel de mujer justa, algo pizpireta y con personalidad propia. El tono humorístico, mucho más acertado que el dramático, se lo debemos en gran parte a una Jessica Chastain graciosa y alocada, con la que empatizamos desde el mismo momento que aparece en pantalla y que protagoniza muchas de las mejores situaciones cómicas con los que cuenta la película. Por otro lado, el personaje más desagradecido se lo lleva Bryce Dallas Howards como Hilly, la cual aun cumpliendo perfectamente su cometido, se convierte en una gran caricatura de la ama de casa blanca de clase alta de aquella época, tan sumamente malvada y odiosa, líder de un grupo de mujeres igual de malas y perversas y a la que es imposible soportar, salvando el tremendo momento que protagoniza junto a una tarta.
Por tanto, a la película no se le pueden negar sus buenas intenciones, ni la construcción de unos personajes a los que resulta muy agradable seguir en su periplo y lucha diaria, pero cuando la cinta concluye, con ese final que vuelve a apuntar a la esperada y ansiada lágrima, esa sensación de que todo estaba demasiado preparado vuelve a aparecer y ese efecto positivo se va tiñendo poco a poco de decepción, por una historia que lo tenía todo para ser grande, que podía haberse aprovechado mucho más, que cuenta con un maravilloso grupo de actrices que saben lo que hacen, pero que termina por resultar demasiado ingenua en su intento por contar como se luchó por conseguir la igualdad de derechos en la América de los 60.

Lo mejor: El elenco de actrices.
Lo peor: Un tono dramático sin fuerza.