CRITICA – ‘Miel de naranjas’: La importancia de los secundarios

Estreno en España: 1 de Junio de 2012.

Andalucía, años cincuenta. Enrique y Carmen (Iban Garate y Blanca Suárez) son una joven pareja de novios. Carmen consigue, gracias a su tío Eladio (Karra Elejalde), que su novio se quede a prestar el servicio militar en un juzgado de la ciudad,. Enrique, a la vista de las injusticias y ejecuciones que presencia cada día, se da cuenta de que para cambiar el rumbo de las cosas tiene que actuar. Pronto se verá involucrado en arriesgadas acciones que pondrán en peligro su vida y la de sus compañeros.

Director: Imanol Uribe
Reparto: Blanca Suárez (Carmen), Iban Garate (Enrique), Karra Elejalde (don Eladio), Ángela Molina (María), Bárbara Lennie (Ana), Eduard Fernández (Vicente), Fernando Soto (don Josè), Nora Navas (Miel), Filipe Duarte (Miguel).

· Ficha de la película

La posguerra española ha sido llevada al cine en infinidad de ocasiones, en retratos que quisieron mostrar aquellos tristes años tocando géneros que van desde el drama hasta el terror. En esta ocasión, el director Imanol Uribe nos presenta este mismo contexto para construir un thriller con toques de cine negro y suspense, personajes ambiguos, muy bien escritos en su mayoría y dotados de mayor realismo de lo que suele suceder en este tipo de cintas. Y en ellos recae todo el peso de un relato que quiere ser algo más que otra película española sobre la época franquista, en la que sus lugares comunes nunca molestan, contándonos con ello una historia sin necesidad de manipular al espectador.

Sin duda, el mayor acierto de la cinta es la construcción de sus personajes secundarios, que ayudado por unas grandísimas interpretaciones de Karra Elejalde, Eduard Fernández y Carlos Fuentes, nos mete en las mentes, vidas y comportamientos de estos tres militares de Franco que no se quedan en simples caricaturas, sino que con un interés y cuidado por matizarlos, para no quedarse solo en la superficie, reflejan una época con más objetividad (en su fondo) del que se suele mostrar en este tipo de películas, a pesar de los tópicos en los que llega a caer. ¿Buenos y malos otra vez? Por suerte, la cinta no se queda solo ahí y donde Benito Zambrano caricaturizaba y dramatizaba hasta el extremo en La voz dormida, Uribe y su guionista Remedios Crespo Casado dotan a los personajes de personalidades complejas, de varias dimensiones y tonalidades de grises, en definitiva, les humaniza para construir a su alrededor una trama que, aunque parezca más interesante de lo que finalmente llega a ser, se mantiene bien a flote, gracias a unas muy potentes interpretaciones que destacan a lo largo de todo el metraje y que nos ponen la piel de gallina en alguna ocasión, especialmente en una escena inolvidable casi llegados al final, en la que tanto Carlos Santos como Eduard Fernández están simplemente sublimes. Además, está muy bien ambientada, con una música soberbia obra de Nuno Malo y una fotografía luminosa y elegante, componiendo unas escenas que combinan a la perfección imagen y ritmo dándole a la película un extra en cuanto a cualidades técnicas.

En el plano interpretativo los que más flojean son los protagonistas de la historia principal. Iban Garate y Blanca Suárez (superados en todo momento por los secundarios) intentan dar vida a una historia que el guion no acaba de fortalecer y que prácticamente no les aprovecha, pudiendo haber sido una relación mucho más intensa, con mayor implicación por parte del espectador y que se ve eclipsada en todo momento por la trama secundaria, donde nos encontramos también a Bárbara Lennie y José Manuel Poga (gran descubrimiento para el cine español este año) que viven una relación más especial e interesante que la de los protagonistas. Pero la verdadera joya de la película está en ese trío de militares de juzgado del régimen franquista a los que dan vida un excelente Karra Elejalde, totalmente mimetizado con su papel, acompañado por Eduard Fernández y Carlos Santos que simplemente poseen una fuerza interpretativa brutal.
Miel de Naranjas tiene, por tanto, un conjunto de actuaciones brillantes que sostienen una película que merece la pena ver por ese grupo de actorazos que alcanzan momentos totalmente brillantes y algunas escenas que la hacen no ser una más del montón dentro del cine que toca esta temática. Sin embargo, el guion (premiado en el pasado Festival de Málaga) tiene sus más y sus menos y si lo interesante está en la trama secundaria, la historia central se queda un poco coja, ya sea por la falta de chispa entre la pareja protagonista o por el hecho de que parecía algo más de lo que finalmente es, debido en parte a ese desenlace tan rápido que tiene, que se resuelve casi sin que nos demos cuenta y que adolece en intensidad, dejándonos la sensación de que le falta algo para convertirse en la gran historia de intrigas y rebelión política que quería ser.