CRITICA – ‘A Roma con amor’: Paseo romántico por la ciudad eterna

Estreno en España: 21 de Septiembre de 2012.

Historia de un grupo de personas en Italia, unos americanos, otros italianos, unos residentes, otros visitantes, y los romances, aventuras y enredos en los que se ven envueltos.

Director: Woody Allen
Reparto: Ellen Page, Woody Allen, Penélope Cruz, Alison Pill, Jesse Eisenberg, Alec Baldwin, Roberto Benigni, Greta Gerwig, Ornella Muti, Judy Davis, Carol Alt, Riccardo Scamarcio, Maricel Álvarez, Isabella Ferrari, Alessandra Mastronardi.

Trailer (V.O.) Trailer (español)

Desde hace unos años se viene criticando en cierta manera que el cine de Woody Allen ha bajado en calidad (sobre todo en cuanto a los guiones), también que se haya venido a Europa a rodar (abandonando así su querido Manhattan) y, en definitiva, que sus historias ya no cuenten con la misma genialidad que en tiempos pasados. Lo cierto es que esto no deja de ser verdad y su última propuesta no ayudará a que los menos incondicionales del mito le perdonen sus fallos, aunque parezca lógico que todo autor con una carrera tan prolífica (y ahí están sus más de 40 películas para demostrarlo) los tenga haciendo una película por año. Pero lo que también es cierto es que, sin llegar a la altura de algunas de sus películas, siempre se puede destacar algo en cada una de sus citas anuales.

En A Roma con amor, Allen utiliza sus temas de siempre: infidelidad, neurosis, obligaciones conyugales, sexo, y como ya hizo en Vicky Cristina Barcelona (aunque con más acierto aquí) y en otros ejemplos de su posterior cine de los que sin duda siempre sobresaldrá la maravillosa Midnight in Paris, nos muestra una ciudad en todo su esplendor, romántica e ideal, eterna, marco en el que se desenvuelven estos entrañables personajes. Y, sin duda, tiene algunos destellos de ingenio empezando por el hecho de que el neoyorkino hace aquí acto de presencia (no aparecía desde Scoop en 2008, así que se le echaba de menos) o en otros ejemplos como el personaje de Ellen Page y algunas situaciones que envuelven a Penélope Cruz o a Roberto Benigni, donde no deja de lado su crítica social, a los medios de comunicación y a la hipocresía de la alta sociedad.
Para ello, Woody Allen junta a un catálogo de caras conocidas, quienes cumplen bastante bien con su cometido, uniéndolo a unas localizaciones preciosas que el director filma con gusto y una música espléndida. En cuanto a las cuatro historias, es en este punto donde más fallos encontramos, con varias de ellas carentes casi de interés y tampoco excesivamente ocurrentes (más bien en alguna ocasión la sonrisa sale forzada) y que parecen hechas para rellenar el conjunto, por lo que muchos espectadores se pueden sentir decepcionados al finalizar la película.

La mejor de todas ellas es, sin duda, la que protagonizan Alec Baldwin y Jesse Eisenberg, que resulta bastante satisfactoria y encantadora, mostrando ese enamoramiento juvenil tan mágico y de ensueño, haciéndola la más interesante de las cuatro. Y más teniendo al personaje de Ellen Page formando parte de ella, con una gran interpretación por parte de la actriz en una representación llena de ironía de los que conquistan a los demás con grandes y huecas palabras, sacadas de los poetas y escritores clásicos, para luego no ser más que una chiquilla superficial con delirios de grandeza. La historia de la pareja italiana es la más floja porque, a pesar de la divertida presencia de Penélope Cruz, toda la trama de la chica perdida por Roma es bastante aburrida, con escenas fallidas (la del ladrón en el hotel, por ejemplo) además de sus escasos puntos cómicos. En el caso de Roberto Benigni, Woody Allen sin duda ha construido con imaginación una historia sobre el efímero, inconsistente y a veces absurdo mundo de la fama y todo lo que la rodea, que funciona en su mayoría bastante bien. Y, finalmente, la historia que protagoniza el propio Allen, que quiere tener un punto reflexivo sobre la vejez y que sirve como reflejo de la propia (no) jubilación del autor, donde ver al neurótico de Allen de nuevo delante de las cámaras siempre es un aliciente, siendo lo mejor sin duda sus frases, reacciones y conversaciones con Judy Davis.
A Roma con amor es una cinta en la que tenemos la sensación de que se podría haber sacado más provecho de sus historias, quizás consecuencia de que siempre esperamos más de Woody Allen.Y aunque su último trabajo deja alguna que otra secuencia genial y cuenta con un gran reparto que acierta en su mayoría, se queda a medias en muchas ocasiones y es demasiado larga para lo que tiene que contar, por lo que es probable que solo resulte un producto disfrutable si se es fan incondicional del maestro de Manhattan.