Estreno en España: 5 de Diciembre de 2012.

Una mujer secuestrada por las FARC ( Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ) da a luz a un niño en medio de la selva colombiana. En el momento del parto, la guerrilla le arrebata el bebé a su madre y se lo entrega a Crisanto (Luis Tosar), un campesino que sobrevive con su familia en la jungla colombiana y que deberá hacerse cargo del bebé bajo amenaza de muerte. El pequeño está gravemente enfermo pero Crisanto y los suyos están dispuestos a todo por salvarle la vida, que es también la suya. Convertidos en desplazados por la violencia, Crisanto y su familia son ahora perseguidos por la guerrilla, pero también por la policía y los militares, quienes lo hacen responsable del secuestro. La lucha sin descanso de esta familia les llevará río abajo sorteando toda clase de adversidades desconociendo qué se esconde tras el interés de la guerrilla por el pequeño y quién realmente podrá ayudarles o espera traicionarles.

Director: Miguel Courtois
Reparto: Luis Tosar (José Crisanto), Martina García (Liliana).

Web Oficial: www.operacione.com

Trailer de la película:

CRITICA

Cuando pagan justos por pecadores

El cine social y político, no solo supone un compromiso para los que se ponen detrás de las cámaras, sino que sirve para rescatar del abismo conflictos que están, en muchas ocasiones, algo olvidados por aquellos que no los sufrimos. Uno de tantos, es el que asola Colombia desde principios de los años 60 y que ha sembrado el terror entre la población, a base de secuestros de ciudadanos, reclutamientos forzosos, abusos, violencia aterradora y chantaje, en un dilatado enfrentamiento entre el ejército armado de las FARC, que opera desde zonas ocupadas en la selva y el gobierno del país, dejando única y exclusivamente desolación y miedo en sus calles y pueblos.

La presencia el pasado día 30 de noviembre, del protagonista real de esta historia, José Crisanto Gómez (quien salió de la cárcel en abril tras seis años de condena) en la rueda de prensa, no hizo sino darle más realismo, antes los ojos de los que allí nos encontrábamos, a una historia que le cambió la vida a él y a su familia, que le dejó sin nada, arrebatándole lo poco que tenía, y sobre todo y más terrible, le obligó a separarse de su mujer e hijos, para pagar el desaguisado de otros. Y mientras el tiempo pasa y se suceden distintas negociaciones, acuerdos de paz y treguas, el pueblo de Colombia sigue sufriendo las consecuencias de un conflicto que no va con ellos en la mayoría de los casos y que tiene a la ciudadanía abandonada en la miseria y el horror. Ambientada en 2004, si para algo sirve también esta película, es para sacar a la luz un problema conocido por todos, que de vez en cuando copa las noticias en los telediarios (quién no recuerda a Ingrid Betancourt), pero del que a su vez sabemos poco. ¿Cómo vive esta gente? ¿Cómo es la existencia de los que se han quedado atrapados allí donde les pilló el conflicto, obligados a colaborar si no quieren pagar las consecuencias?

Contando con Luis Tosar en el papel protagonista, la película se convierte en la odisea de un hombre empeñado en salvar una vida aun poniendo en peligro la suya, atrapado en el centro de una lucha de la que no quiere formar parte. La familia, empobrecida debido a la situación, sobrevive a las orillas del río Guaviare gracias al millonario negocio de la cocaína del que se beneficia la guerrilla y sufre en sus propias carnes un drama que les lleva a un peregrinaje por Colombia, huyendo de todo: de las FARC, de la justicia, de las autoridades,… Y es reflejo, también, de la situación de un país que tiene pocos medios para asistir a los que están más desamparados, mostrando cómo el periplo del personaje de Tosar a través de papeles, hospitales, oficinas y demás burocracia, no le deja más que un rastro de fracaso y dolor continuado. Con un guion, escrito por Antonio Onetti, más que atractivo y que puede servir no solo como medio para trasladar al espectador un drama con tintes de acción interesante, sino como crónica de un conflicto socio-político, es cierto que la película se pierde a ratos y su ritmo decae, sobre todo durante su tramo central, pero sabe remontar bien el vuelo cuando la trama se acerca a su fin. Miguel Courtois, que ya había tocado temas políticos peliagudos en sus anteriores trabajos, ni más ni menos que la historia de un infiltrado en ETA en El Lobo, su debut, temática que continuó posteriormente con Gal, rueda cámara en mano, lo que imprime tensión y da realismo a muchas de sus escenas (sobre todo las rodadas en la selva), algunas de ellas muy dignas de destacar (como la que abre la película o algunas de las que transcurren en el campamento de la guerrilla). Y se agradece el trabajo de un director que se centra en regalarnos una película dentro de un género como el thriller, con el fin de entretener al espectador, pero sin dejar de lado la lectura política y social que dejará marcado a cada uno con su propia reflexión. Otro de los grandes aciertos de la cinta, sin duda, es su formidable reparto, encabezado por un Luis Tosar extraordinario, en todo un trabajo de mimetización con un personaje que requería de un acento muy concreto, pero también la asimilación de una jerga particular y unos gestos específicos, para poder dar vida a un personaje real. Le acompañan una también maravillosa Martina García, en el papel de su mujer, totalmente creíble en un rol que le exigía parecer fuerte pero también desvalida.
Operación E es una cinta de acción e intriga muy interesante, un drama social que encuentra su mayor fortuna en un guion bien elaborado y en la interpretación de Luis Tosar, quien construye un personaje que nos importa y que se deja la piel para encarnar a un hombre que luchó por la vida de un niño, para darse de bruces con la realidad de un Estado que no le protegió, sino que le abandonó a su suerte sin ni siquiera pararse a mirar atrás.

Lo mejor: La interpretación de Luis Tosar.
Lo peor: El ritmo decae en alguna ocasión.

Nota: 6

Crítica escrita por: Bea Varela

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