CRITICA – ‘The purge. La noche de las bestias’: La noche del bostezo

Si pudieras cometer impunemente cualquier crimen una noche al año, ¿qué harías? El film cuenta la historia de una familia cuyos cuatro miembros deberán decidir hasta dónde están dispuestos a llegar para protegerse cuando un mundo despiadado irrumpe en su hogar.
El crimen hace estragos en Estados Unidos y las cárceles están llenas. El gobierno decide que una noche al año, durante doce horas, cualquier actividad criminal, incluso el asesinato, será legal. No se puede llamar a la policía, los hospitales no admiten pacientes, los ciudadanos deben arreglárselas solos porque cometer un delito no está castigado. Durante esa noche plagada de violencia, una familia debe decidir qué dirección seguir cuando un extraño llama a la puerta.
Un intruso se cuela en la casa de James Sandin (Ethan Hawke), en una urbanización muy segura durante la moratoria anual, dando lugar a una serie de acontecimientos que amenazan con destrozar a su familia. James, su esposa Mary (Lena Headey) y sus hijos deberán superar la noche sin convertirse en los monstruos que van a por ellos.

Director: James DeMonaco
Reparto: Ethan Hawke (James Sandin), Lena Headey (Mary), Max Burkholder (Charlie Sandin), Adelaide Kane (Zoey Sandin), Rhys Wakefield, Edwin Hodge, Tony Oller (Henry), Tom Yi (Sr. Cali ), Tyler Jaye, Alicia Vela-Bailey, John Weselcouch.

Trailer (V.O.) Trailer (español)

James DeMonaco se adentra con su segundo filme en el subgénero de las invasiones a hogares y ejerce en The Purge. La noche de las bestias de guionista y director, repitiendo con Ethan Hawke, actor que también protagonizó su ópera prima, Staten island. La idea para este nuevo trabajo, el hecho de tener carta blanca por ley para poder ejercer cualquier tipo de violencia contra otro ser humano, no surgió de él sino de la mente de su mujer, tras verse implicados ambos en un accidente de tráfico, con discusión con el otro conductor de por medio.

El director decidió entonces elaborar un guion en torno a un hecho perturbador, el de qué ocurriría si durante unas horas pudiéramos liberar nuestra rabia contra el mundo: ¿nos quedaríamos en casa esperando a que pasara el tiempo pacíficamente? ¿O saldríamos por nuestro barrio a apalear hasta la muerte a nuestro vecino/jefe/mejor amigo al que odiamos, detestamos o envidiamos? A través de todo esto, DeMonaco pretende realizar un análisis que no deja de ser bastante interesante sobre la violencia y el morbo que en torno a ella existe y se genera, por ejemplo, desde los medios de comunicación. Sin embargo, la película, aunque acierte en esta parte, se queda lejos de funcionar en otros aspectos, como el mal desarrollado tramo central o la construcción de algunos personajes y nuestra poca conexión con ellos, sobre todo con los dos niños.
La idea de partida es interesante, durante 12 horas de una noche al año la violencia está permitida en todas sus formas y cada norteamericano tiene pleno derecho de liberar la bestia asesina que lleva dentro. Todo esto contextualizado en unos Estados Unidos “renacidos”, del cercano año 2022, que presumen de la reducción del desempleo al 1%, la recuperación de la economía y la inexistencia de criminalidad entre la población, gracias, precisamente, a la implantación de esta purga. Y observamos con curiosidad al comienzo de la película cómo esta idea está implantada de manera totalmente natural en la vida de los ciudadanos y cómo las televisiones y radios informan sobre las normas a cumplir o las advertencias (el detalle de la inmunidad), mientras los vecinos se desean unos a otros una noche tranquila como el que desea feliz navidad un 25 de diciembre. El director aprovecha así su material para lanzarnos una sugerente crítica contra esta nueva tradición, que no es otra cosa que la representación de un sistema racista, injusto y soberanamente hipócrita. Los primeros 20 minutos, por tanto, nos atrapan con su provocador planteamiento. Hasta aquí, todo bien. Se nos presenta a la acomodada familia Sandin, formada por Ethan Hawke y Lena Hedeay e hijos, mientras se preparan para refugiarse en su amurallada mansión y pasar la noche lo mejor posible. Una familia que se ha lucrado gracias a la existencia de esta noche, lo que deja otro debate moral en el aire. Si bien este comienzo resulta interesante y nos mete en materia, de repente ocurre un hecho desconcertante y bastante inverosímil (en serio, muy mal) donde el hijo pequeño de la pareja tiene una acción en cuanto se quedan encerrados en la casa, totalmente estúpida y difícil de entender y a partir de la aparición del personaje interpretado por Edwin Hodge, la película empieza a perderse por completo y a caer en picado.

Lo que tenemos ante nosotros es una cinta de invasiones a hogares totalmente al uso, con un desarrollo que hemos visto mil veces y que deja atrás sus primeras dosis de originalidad. Pero este no es el verdadero problema, que lo hayamos visto muchas veces no es necesariamente sinónimo de que no funcione, pero sí que la película no provoque tensión en casi ningún momento, ni que perturbe más allá de su trasfondo, porque la realidad es que su tramo central es absolutamente tedioso. Además, algunas situaciones resultan falsas y las acciones de los protagonistas rozan la tontería en muchas ocasiones, lo que le quita credibilidad al conjunto (si le perdonáis esto, es probable que la disfrutéis más). La atmósfera está poco conseguida, nunca hay sensación real del ambiente tan desolador que están viviendo y las escenas con más acción y sustos tampoco funcionan bien, a pesar de la destacable y apropiada composición musical de Nathan Whitehead que las acompaña. Cierto es que en sus últimas escenas remonta, pero el resultado no está en consonancia con su prometedor comienzo.
The Purge. La noche de las bestias es una película con una interesante idea de partida que se termina convirtiendo en un producto aburrido y mal ejecutado. El director no aprovecha bien lo que tiene entre manos y su película sufre una falta de equilibrio entre planteamiento y exposición. Nos quedaremos mejor con su reflexión de fondo y que al menos sirva como crítica a una humanidad violenta y farisea.