‘Tú eres el siguiente’: Humor negro remojado en sangre

Tú eres el siguiente podría parecer la típica película de asaltos a casas, de esas situadas en entornos solitarios, mejor si están rodeadas de un extenso bosque, con un montón de víctimas en potencia, unos asesinos con ganas de marcha y cuyo desarrollo ya nos sabemos de memoria. Pero no lo es. Esto es algo distinto, fruto de un director que pertenece a una nueva generación de realizadores jóvenes, un grupo que tiene talento, ideas originales y muchas ganas de hacer las cosas de forma diferente. Adam Wingard es integrante de un conjunto de lo más interesante en esta nueva prole de amantes de lo macabro, entre los que también se puede incluir a Ti West, James Wan, Ben Wheatley o Eli Roth, por nombrar a algunos de los más conocidos.

Después de haber rodado un montón de cortos, un par de películas y colaborar en los 2 V/H/S con otros directores, Wingard coge en su nueva película los elementos propios y tan manidos del slasher y le da un poco la vuelta a todo. A la cinta le ha costado encontrar una buena distribución, pero después de pasar por varios festivales y obtener mucho reconocimiento (se estrenó en el Festival de Toronto de 2011 y ganó varios premios en el Fantastic Fest de Austin, ese mismo año, a mejor película, director y actriz protagonista), por fin se ha estrenado en pantalla grande. Lo agradecemos, pues da mucho gusto ver cine de género llegando a la cartelera, que últimamente se echan de menos más gritos en las salas de cine. Al director, además, le acompaña al guion Simon Barret, un asiduo de su cine y también repiten algunos de sus actores habituales, como Joe Swanberg o Amy Seimetz.
El gran valor de Tú eres el siguiente, está en esa mezcla magnífica entre película de terror salvaje y comedia negra, fruto de un libreto inteligente y divertidamente siniestro y también gracias a la manera en que Wingard la ha concebido y estructurado, desde el respeto al género, pero transformando algunas cosas, como el papel de los asesinos (con unas máscaras que ya se han convertido en objeto fetiche para los fans del terror) o el de la protagonista. La cinta tiene buen ritmo, dosis adecuadas de intriga, alguna sorpresa que se agradece infinitamente, momentos de puro terror y humor, mucho humor. Eso sí, sin llegar a la caricatura. El director controla que esto no llegue a pasar, la película no trata de eso, sino de reírse un poco de los lugares comunes de las cintas de este estilo, mientras no para de salpicar de sangre cada rincón de esa casa donde se sitúa la acción. Un planteamiento con personalidad, con el que Wingard quiere apostar por la salvajada sin perder la ironía por el camino. Y así es como consigue ir algo más allá, coger los clichés del subgénero (que usa a su libre albedrío), darles un nuevo orden y con ello una pátina de frescura a las cintas de asesinos en serie. Mantiene, por tanto, perfectamente la línea entre el humor más negro y el slasher puro y duro. Además, los giros en la trama están muy bien conseguidos para que no nos esperemos ciertas cosas y son bastante originales (que ya es difícil en una peli de estas características).

El plano de las interpretaciones se mantiene a buen nivel en general y ahí tenemos a A.J. Bowen, Sharni Vinson, la muy necesaria carga dramática que aportan Rob Moran y Barbara Crampton, Joe Swanberg o el cameo de Ti West como director gafapasta de documentales, haciendo risa del mundillo del cine también. Sin embargo, con un reparto bastante extenso (maravillosa decisión la de crear tantos personajes), la verdadera estrella de la función es una incombustible Sharni Vinson, para la que Barrett ha creado un caramelito de personaje, ella es la película y una tía de armas tomar. Pero hasta que llega el momento de conocerla un poco más, Wingard tiene una fiesta preparada y con la familia reunida a la mesa, decide comenzarla atrayendo la atención del espectador hacia un montón de puntos, en su intento de despistarnos por completo. Entonces se abre la veda y empieza la diversión, porque a lo largo de la película lo pasaremos mal, pero algunas de las decisiones que toman los personajes son tan cómicas que despertarán nuestras mayores risas. Lo bueno es lo consciente que es la película de ello, provocando la mayor de nuestras complicidades.
Con todos estos elementos, podemos unir a Tú eres el siguiente a una serie de cintas de terror muy destacables y maravillosamente hechas que nos han llegado en estos tiempos, como Expediente Warren: The conjuring (de estilo más clásico, pero lo mejor del año junto a la de Wingard, sin duda) o The cabin in the woods, que también han hecho nuestras delicias últimamente.

Lo mejor: El equilibrio que consigue entre humor y terror.
Lo peor: Saber demasiado de ella antes de verla.

Crítica escrita por: Bea Varela